Procreación asistida con billete a partir de enero de 2024. Será posible en todas las regiones


A partir de enero de 2024, toda mujer, en cualquier región en la que resida, podrá recurrir a la procreación médicamente asistida previo pago de un billete. Es el efecto de la aprobación hace unos meses del ‘Decreto Tarifario’ Lea (Niveles esenciales de asistencia) que efectivamente hace operativos los niveles esenciales de asistencia renovados en 2017, que había introducido la Pma. Así lo subrayó el 14 de septiembre el Ministro de Sanidad, Orazio Schillaci, en la conferencia «Natalidad: trabajo en progreso» promovida por la Sociedad Italiana de Ginecología y Obstetricia (Sigo), definiendo que se trata de «la forma correcta de apoyar a las mujeres que, ante dificultades para concebir eligen la Pma».

Los ciclos de Pma crecen un 36% en 2021 respecto a 2020

«Los últimos datos disponibles – subrayó el ministro – indican que en 2021, tras el retroceso registrado durante la pandemia, será necesaria una reanudación de la aplicación de todas las Técnicas de Pma. En particular, los ciclos de Pma en 2021 registraron un aumento del 36% respecto a 2020, los embarazos del 50% y los niños nacidos vivos del 49%».

A partir de enero la homologación será gratuita, para heterólogos rondará los 1.500 euros

Mientras que la fecundación pública se ve obstaculizada por largas listas de espera, muchas parejas recurren al sector privado, gastando actualmente, explica Sigo, de 3.500 a 6-7.000 euros para una fecundación homóloga y de 5.000 a 9.000 euros para una heteróloga (por ejemplo, influir en la precio, en este caso el origen de los ovocitos, que casi siempre son importados). Cifras que resaltan lo crucial que fue la aprobación del decreto tarifario. A partir de enero, afirma el Ministerio de Sanidad, las mujeres no pagarán nada por el equivalente. Para el heterólogo, sin embargo, el coste del billete lo decidirá cada región y podría rondar los 1.500 euros (también en este caso el precio depende de la importación de gametos).

La contribución del personal sanitario.

«Después de seis años de espera – afirmó el Ministro – hemos puesto fin a una desigualdad que ya no era tolerable». Para Schillaci, el apoyo al parto requiere también la contribución del personal sanitario, en particular de ginecólogos, matronas y también médicos generales, y de todas aquellas figuras que, gracias a la relación de confianza con sus pacientes, pueden promover el conocimiento y la sensibilización. «Al mismo tiempo – añadió el ministro – es necesario un mayor compromiso para garantizar que todas las parejas tengan garantizada la posibilidad de acceder a estructuras y servicios responsables de la protección de la salud reproductiva.

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El papel de los consultores

«Esto significa también – añadió el ministro – garantizar una presencia generalizada de estructuras de asesoramiento que, en la asistencia sanitaria del tercer milenio, deben estar en red con los médicos generales, las autoridades sanitarias locales y las estructuras hospitalarias». Las clínicas, que desde su creación han garantizado una asistencia valiosa antes, durante y después del embarazo – afirmó además el ministro – «representan una salvaguardia sanitaria indispensable y una pieza fundamental en la estrategia de apoyo al parto». Finalmente, concluyó Schillaci, «el compromiso es hacer cada vez más seguro el proceso del parto tanto en la recepción como en el control de las gestantes ofreciendo todas las investigaciones necesarias para un adecuado cribado prenatal; hacer que los centros de maternidad sean cada vez más seguros y ofrecer analgesia en el parto». Medidas contra lo que Schillaci llama «invierno demográfico» con un pico, según los últimos datos del Istat, en 2022, cuando por primera vez desde la unificación de Italia hubo menos de 400.000 nacimientos.



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