Desde el 25 de julio, los comerciantes y las empresas de servicios ya no pueden dejar sus ventanas y puertas abiertas cuando la calefacción o el aire acondicionado están encendidos. Cualquiera que lo haga se arriesga a una multa de hasta 150 euros. Esta es una medida contra el despilfarro de energía, dice el decreto.
Las primeras multas se aplicaron el miércoles en la turística Rue de Rivoli en el cuarto distrito de París, pero la regla se aplica a toda la ciudad, según la alcaldía. «Durante las últimas dos semanas, hemos sensibilizado a los comerciantes».
No se reveló cuántas tiendas ya han sido multadas. Todos los días, dos equipos de la policía de París realizan los controles.
Las multas se evalúan caso por caso, según el ayuntamiento. “Si un comerciante muestra que está reemplazando su puerta o toma medidas para cerrar la puerta, no le daremos una multa”, suena. “Si las tiendas ya han sido notificadas o no quieren hacer un esfuerzo, multaremos sistemáticamente”.
La ciudad informó a fines de julio que la regla se introducirá para poner fin a «prácticas desviadas en el contexto de la actual emergencia climática y crisis energética». La regla no se aplica a los restaurantes o cafeterías con terraza con los permisos necesarios.
El 15 de julio, Bourg-en-Bresse se convirtió en la primera ciudad francesa en anunciar medidas similares. Lyon y Besançon también siguieron su ejemplo.
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