La razón es el desequilibrio entre oferta y demanda. Hay mucha producción eléctrica, en parte debido a las numerosas turbinas eólicas que giran debido al fuerte viento, mientras que hay poca demanda debido a las suaves temperaturas y a la demanda más limitada durante el final del año.
Los particulares apenas se dan cuenta de estos precios negativos de la electricidad. A menos que tengas un contrato de electricidad dinámico, vinculado a los precios de las bolsas de energía. Según datos del regulador energético flamenco VREG, en el cuarto trimestre apenas el 0,1 por ciento de las familias de Flandes disponían de un contrato dinámico de electricidad.
Suele suceder que los precios de la electricidad sean negativos durante algunas horas. Esto también ocurrió, por ejemplo, en Navidad.
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