PORTUGAL planea introducir nuevas y estrictas reglas de alquiler que afectarán a los turistas que se quedan en alquileres de vacaciones a corto plazo.
A principios de esta semana, el gobierno portugués anunció un fuerte paquete de medidas para abordar la crisis de vivienda del país.
Una de las propuestas sugeridas incluye la prohibición de nuevas licencias para Airbnbs y otras propiedades de alquiler vacacional a corto plazo.
Esto se debe a que los precios de la vivienda y el alquiler se han disparado en Portugal en los últimos años.
De acuerdo a Reutersmás de la mitad de los trabajadores portugueses ganaban menos de 1.000 euros al mes en 2022.
Al mismo tiempo, los precios de alquiler en el país aumentaron en un promedio del 37 por ciento.
Los grupos de vivienda han dicho que estos factores, así como una economía que depende del turismo, han dificultado que los locales alquilen o compren propiedades.
El primer ministro portugués, Antonio Costa, dijo que la crisis ahora afecta a todas las familias, no solo a las más vulnerables.
Si bien no está claro cuándo entrarán en vigencia las medidas, se espera que algunas se aprueben el próximo mes.
Luego, los legisladores votarán otras medidas.
Pero las propuestas planificadas han recibido una feroz oposición de la diputada del partido Bloque de Izquierda, Mariana Mortagua, quien criticó al gobierno por otorgar exenciones fiscales a los propietarios.
El país también pondrá fin a su programa Golden Visa, que ofrece pasaportes de la UE a ciudadanos no pertenecientes a la UE.
Portugal no es el único país de Europa que ha introducido medidas que afectarán a los turistas.
Los puntos de acceso españoles populares, como Lanzarote en las Islas Canarias, buscan prohibir a los turistas británicos en una importante reorganización del turismo.
Los destinos quieren que menos turistas del Reino Unido acudan en masa a sus costas porque se han convertido en “áreas saturadas de turistas”.
Y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya ha introducido una serie de restricciones para evitar la visita de más turistas.
Esto incluye la prohibición de nuevos hoteles en el centro de la ciudad, restricciones en la cantidad de camas de hotel y frenar los planes para expandir el aeropuerto.
Ahora quiere reducir el número de cruceros que visitan Barcelona.