Porque con Kyrie Irving nunca será solo baloncesto

En la cancha es un fenómeno, pero fuera de la cancha su voz sigue siendo extremadamente divisiva: entre la tierra plana, la polémica sobre las vacunas y las últimas acusaciones de antisemitismo, el jugador de los Nets parece haber elegido deliberadamente el papel de la oveja negra.

«Solo quiero centrarme en el baloncesto, esa es una conversación para otro día». Con el micrófono en la mano y la chaqueta verde en la que deja entrever su deseo de terminar pronto la rueda de prensa, Kyrie Irving intenta dejar de lado todo lo que no sea Brooklyn, el partido con Memphis, su primera vez en el campo tras 8 carreras de suspensión. Pero cuando está involucrado Kyrie, el jugador más controvertido de la NBA, es imposible hacerlo. Como es un fenómeno en el campo, cuenta con la admiración de sus compañeros que lo consideran uno de los mejores bases del momento, con una habilidad en el manejo del balón que lo hace único. Afuera, sin embargo, es una voz tan alejada del coro que es el primero en pensar que la liga de baloncesto más linda del mundo no es el lugar adecuado para alguien con la cabeza.



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