¿Por qué la Juve debe pagar por las elecciones de Pogba?

Han pasado casi trescientos días -292 para ser exactos- desde que Paul Pogba disputó su último partido como titular: era primavera, mediados de abril, y el Manchester United vencía por 3-2 al Norwich. Tres días después, lo mandaron adentro en los últimos diez minutos del partido ante el Liverpool (4-0). Luego, nada: paró por una lesión en la pantorrilla, a la que siguió una lesión en el muslo que le había dejado fuera un par de meses. Luego, tras pasar a la Juve, fue la rodilla la que se estrelló.

La sensación de que Pogba se ha vuelto clarísimo desde hace unos años (la última temporada en la que jugó de forma ininterrumpida sigue siendo la de 2018-19) es muy fuerte. Hasta el punto de que ahora alguien cuestiona la prudencia de la elección de la Juve, que ha apostado mucho por él. Fácil de hablar ahora: cuando el francés volvió al blanco y negro, además como agente libre, la operación del club se celebró en todos lados. Habría ganado diez millones netos con bonificaciones incluidas, es cierto, pero se podrían aprovechar los beneficios del Decreto de Crecimiento. Un campeón de esta talla, ahora un bien escaso para nuestro fútbol, ​​merecía un esfuerzo.

Lo ocurrido en los primeros meses de Pogba en la Juve cambió las cartas sobre la mesa y los juicios, y no solo porque Paul no jugó ni un minuto. La cuestión también se ha convertido en otra, vinculada a las elecciones y comportamientos del jugador. Sobre todo por la decisión que tomó a principios de agosto, con la lesión de rodilla. Si se hubiera operado de inmediato, probablemente se habría perdido el Mundial pero le habrían limpiado la articulación definitivamente: dos meses y medio, más o menos, y habría vuelto a disposición de la Juve. Así lo aconsejaron los especialistas consultados. Pero Paul no se dio por vencido hasta que encontró a alguien que le dijo lo que quería escuchar: la operación no es imprescindible, la terapia conservadora puede ser suficiente y así estarás en el campo en unas semanas. Pogba pensó en sí mismo, en salvar el Mundial, no en la Juve que ya había empezado a ingresar casi un millón al mes en su cuenta. Eventualmente se dio cuenta de que no, ese no era el camino. Y a principios de septiembre pasó por el quirófano, habiendo tirado por la borda un mes de Juve (y adiós al Mundial, claro).

Cuando Allegri anunció ayer que Pogba tiene un problema muscular y que el regreso aún se retrasa, parecía desanimado. En el «quizás en dos o tres meses esté en lo más alto» de Max está todo el desánimo de un entrenador casi resignado a la idea de no contar con él durante casi toda la temporada. Y mientras él, Max, está pensando en el aspecto técnico, también es oportuno preguntarse -quién sabe si alguien en el club lo está haciendo- cómo es posible que la Juventus pague el sueldo completo de un jugador que ha decidido posponer la cirugía sin evaluar cuál sería el riesgo para los intereses de su club. Nadie podría obligarlo a someterse a una cirugía, Dios no lo quiera, pero ¿es correcto que su elección (legítima pero que resultó ser completamente incorrecta) la pague única y exclusivamente la Juve, en el campo y en la cuenta de resultados?