El jueves, alrededor de las 15.00 horas, una gran fuerza policial allanó el centro de asilo Doggershoek en Den Helder. Las autoridades francesas habían solicitado la extradición de un residente de 38 años bajo sospecha de… participación en un crimen contra la vida.
Según informan personas del centro de solicitantes de asilo, se trata de un argelino que llevaba varios meses en los Países Bajos, primero en Ter Apel y ahora en Den Helder desde hace semanas.
La búsqueda de él no fue precisamente suave. Al cabo de diez minutos, hombres con pasamontañas invadieron su habitación, donde también se alojan otros refugiados. El solicitante de asilo sospechoso por Francia fue arrestado y llevado con éxito.
Pero esto no significa que ahora, casi una semana después, ya se encuentre en una celda francesa. Si un sospechoso es arrestado en los Países Bajos a petición de autoridades extranjeras, el Ministerio Público de Amsterdam se hará cargo del caso sobre su posible extradición dentro de su Centro de Asistencia Jurídica Internacional (IRC).
La capital también alberga la única Cámara de Asistencia Jurídica Internacional (IRK) de los Países Bajos, que revisa y dictamina sobre casos de extradición.
Procedimiento largo
Un portavoz del Ministerio Público explica que no se refieren al hombre como sospechoso, sino como “persona reclamada”. “Esto se debe a que no tenemos nada que ver con la investigación criminal sobre él. En realidad, sólo nos preocupa el procedimiento de entrega”.
Y esto puede ir en dos direcciones: un procedimiento más corto o más largo. Ayer por la tarde, el solicitante de asilo indicó en una audiencia ante el juez de instrucción en Ámsterdam que no quería un procedimiento abreviado.
En caso de procedimiento abreviado, no habría tenido objeciones a la extradición a Francia y podría haber sido trasladado en avión a Francia en diez días.
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