¿Por qué el RBB necesita un director bien remunerado?

Por Gunnar Schupelius

Después de todos los escándalos, no hubo reformas reales en el RBB. La tienda de autoservicio explotó, pero la fuente de agua permanece, dice Gunnar Schupelius.

El viernes pasado Ulrike Demmer asumió el cargo de nueva directora del RBB. Anteriormente se había hecho un nombre como portavoz del gobierno de Merkel.

El salario base de la señora Demmer es de 220.000 euros brutos al año. Ella recibe mucho menos que su predecesora Patricia Schlesinger, quien recibió alrededor de 350.000 euros.

Sin embargo, sorprende el salario todavía muy alto de la señora Demmer, porque los gobiernos de Berlín y Brandeburgo han decidido limitar el salario de la directora a 180.000 euros. Para ello se debe modificar el Tratado Interestatal de Radiodifusión, pero eso llevará tiempo, el cambio no entrará en vigor hasta 2024.

La dirección del RBB aprovechó este lapso de tiempo para conceder a la Sra. Demmer un salario mucho más alto que el previsto políticamente para el futuro. Gana más que el alcalde de Berlín o el primer ministro de Brandeburgo. ¿Eso esta bien?

No debería tratarse de envidia y resentimiento, sino de la tarifa de transmisión. Esta cifra, que asciende a 18,36 euros por hogar y mes, es muy elevada y obligatoria. Sin embargo, el RBB no puede hacer frente financieramente, está muy endeudado y tiene que ahorrar. En esta situación se podría haber ahorrado al director, pero se evitó.

Y de todos modos, cabe preguntarse si una emisora ​​como RBB necesita un director artístico, es decir, un enorme aparato de gestión que esté por encima de los demás equipos directivos.

¿Cuál es la situación habitual con las emisoras y periódicos privados? Tienen un director general y un editor jefe en la cima, nada más.

En el RBB también existen niveles de gestión por debajo de la dirección: dos directores de programas y administración. Todas las tareas están cubiertas con ellos y sus departamentos. ¿Qué le queda al director?

Hay un intendente en el teatro o en la orquesta. Allí deberá determinar la dirección artística. Una emisora ​​no necesita necesariamente este elemento.

Ninguna emisora ​​privada ofrece intendente, sólo la pública, y hay nueve (!) en ARD. Tom Buhrow (WDR) recibe el salario más alto con 433.200 euros brutos al año, seguido de Kai Gniffke (SWR) con 392.846 euros.

¿Qué hacen que los directores generales y los editores en jefe no hagan ya? Probablemente no puedas responder esa pregunta tú mismo.

Y en el caso del RBB, hay que afirmar que no ha habido reformas reales después de todos los escándalos. La tienda de autoservicio explotó, pero la cabeza de agua permanece, es decir, la alta dirección completamente sobrecargada. Los gobiernos estatales y especialmente el Senado de Berlín carecen de voluntad política para limpiar realmente y poner fin al despilfarro.

¿Tiene razón Gunnar Schupelius? Llame al: 030/2591 73153 o envíe un correo electrónico: [email protected]

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