Por qué 30 años de prisión para Jurgen Demesmaeker no parece controvertido, mientras que el servicio comunitario para Reuzegommers lleva a la protesta

El servicio comunitario y las multas que recibieron los miembros del club de estudiantes Reuzegom por el asesinato no intencional de Sandia Dia están provocando muchas protestas. En su última columna, Mark Elchardus ve esa protesta como la expresión de una venganza primitiva de personas que tienen dificultades con un sistema de justicia moderno. Creo que la protesta debe tomarse más en serio y la exigencia de justicia para sanda no es tan primitivo como piensa Elchardus.

Para entender esto, ayuda comparar el caso Reuzegom con el caso en el que Jurgen Demesmaeker fue condenado a 30 años de prisión por el asesinato del ex alcalde de Aalst. ¿Por qué ese castigo no es controvertido y el de los Reuzegommers sí? Existe la tan discutida presunción de justicia de clase en el caso Reuzegom, pero también están en juego otros factores.

En el derecho penal belga, puede haber un delito si se cumplen dos condiciones. Primero, debe haber un ‘componente material’: es el comportamiento lo que cuenta, no el pensamiento o intención criminal. Alguien debe haber realizado una acción, por lo que se entiende ampliamente que ‘acción’ incluye el ausentismo. En segundo lugar, debe haber un ‘elemento moral’: el perpetrador debe ser culpable. Se puede ser culpable de delitos dolosos, pero también de no dolosos, por falta de cautela o previsión. La intención suele castigarse con más severidad.

En el caso Reuzegom y en el caso Demesmaeker se cumplen ambas condiciones: alguien murió a manos de otros (material), los perpetradores fueron declarados culpables (moral). Una diferencia crucial es la intención: Demesmaeker fue condenado por asesinato, de Reuzegommers por homicidio no intencional. El factor legal que explica en gran medida la diferencia de penas es, por tanto, moral y no material.

La diferencia moral entre los casos también es importante desde un punto de vista social general más amplio, pero no se debe subestimar el peso de la similitud material. En ambos casos, alguien fue asesinado de manera degradante. Los perpetradores han violado nuestro tejido social y eso requiere una respuesta contundente. La herida de la pérdida no disminuye porque los perpetradores actuaron sin querer, en ambos casos dejaron un vacío que es doloroso para todos e insoportable para los dolientes.

En ambos casos, por tanto, por la similitud material, se requiere una fuerte respuesta social. Pero la medida en que nuestro sistema de justicia ha respondido a ese llamado es muy diferente: el servicio comunitario parece insignificante en comparación con 30 años de prisión. Y, sin embargo, en ambos casos una persona fue asesinada. En ese sentido, no sorprende que la gente exija justicia para Sanda.

La pregunta es cómo responder a ese requisito. Creo que sería una mala idea comenzar a castigar los actos no intencionales como los intencionales. El derecho penal también es para los infractores, y sería inapropiado castigarlos con especial dureza por algo que han hecho sin querer.

La respuesta a la cuestión de la justicia para Sanda, por lo tanto, parece buscarse no principalmente dentro de un marco legal, sino dentro de un marco social más amplio. El problema puede no ser que la respuesta legal haya sido incorrecta. El castigo es una tarea del poder judicial, no nos corresponde a nosotros como ciudadanos aplicar castigos o exigirlos. No está claro que se hayan cometido errores dentro del sistema legal o que el sistema mismo se base en suposiciones dudosas (aunque no quiero descartarlo). El problema es que la respuesta jurídica en el caso Reuzegom, que quizás no pudo ni debió ser más contundente, no es suficiente como respuesta social. Incluso aquellos que no tienen problemas con un sistema legal moderno y que no albergan sentimientos primitivos de venganza pueden ver esto. La cuestión de la justicia no puede y no siempre debe ser respondida completamente por un sistema legal, sin importar cuán bueno sea ese sistema legal.

¿Qué respuesta social adicional sería apropiada entonces? El foco no debe estar en la culpa moral de los perpetradores, sino en el elemento material que subyace al malestar social: Sanda Dia fue tratada degradantemente en un ritual bautismal y murió como resultado. Haz todo lo que puedas para asegurarte de que eso no vuelva a suceder. Concientice a los clubes de estudiantes sobre los peligros de un bautismo, déjeles en claro a los estudiantes que no necesitan un bautismo para tener una buena vida estudiantil. Organice un momento conmemorativo a intervalos regulares, siga recordándole a Sanda. Los perpetradores han sido condenados, nuestro sistema de justicia ha hecho su parte.

Ahora es el momento de atender la herida social y honrar a la víctima.



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