Por primera vez hubo sentencia de un progenitor que impidió al otro ver al menor pese a lo dispuesto por la Corte


Fiorenza Sarzanini (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

C.Suele pasar que padres separados o divorciados utilizan a sus hijos como arma de chantaje. Ocurre con frecuencia que niños y adolescentes se encuentran en el centro de riñas, incluso acostumbrados a vengarse de sus cónyuges.

Ahora hay una sentencia que por fin hace justicia a los agravios sufridos por los menores. Hay juez que condenó a tres meses de prisión a mujer acusada de incumplir las disposiciones impuestasimpidiendo que su hijo de 3 años salga con su padre.

Ahora tiene 17 años, la relación podría estar irremediablemente comprometida. O tal vez no, el tiempo lo determinará.

Sin embargo, el precedente está establecido y tal vez sirva como elemento disuasorio a los que creen que también pueden gestionar sus afectos así como cuestiones prácticas y burocráticas. A los que piensan que están haciendo valer sus razones al privar a otros de sus derechos.

La historia comienza en 2008 cuando la pareja se separó. El niño es pequeño, está confiado a la mujer. Seis años después llega el divorcio, las reglas son claras.

El hijo se queda con su madre, pero el padre tendrá que verlo regularmente, seguirlo, pasar tiempo con él. En cambio no sucede, todo lo contrario.

Se las arregla para evitar que estén juntos en todos los sentidos. Inventa mil excusas, entorpece las reuniones, lo acusa de no respetar los horarios de visita, logra sacarlos definitivamente.

Sin embargo, no se rinde, presenta llamamientos, peticiones. Y al final decide denunciarla por incumplimiento fraudulento de la decisión de un juez.

El fiscal cree fundada la acusación y ordena su acusación, hace unas semanas llega la decisión: sentencia a tres meses.

La mujer apelará, probablemente llegará a la Corte Suprema. Pero se dio un primer paso fundamental para evitar que los pequeños paguen el precio de las broncas de los mayores.

La ley es clara: «El progenitor que no muestra a su hijo al otro comete un delito civil contra el que puede sufrir una sanción pecuniaria y, en los casos más graves, la pérdida del acogimiento o incluso de la propia custodia del hijo». Los padres que han resultado lesionados en sus derechos también pueden reclamar una indemnización por los daños«.

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Daño, esa es la clave. Dañan a quienes se les ha impedido dar y recibir amor.

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