Polonia acude a las urnas tras una feroz campaña

La campaña estuvo marcada por ataques personales entre ambos bandos, que parecen muy alejados. Tusk acusa al primer ministro Mateusz Morawiecki, entre otras cosas, de erosionar el Estado de derecho, por lo que Varsovia está regularmente en desacuerdo con la Unión Europea. Por el contrario, Morawiecki y su partido afirman que Tusk es un títere de la UE y Alemania y que no actúa en interés del pueblo polaco. Tusk organizó varias grandes manifestaciones contra el gobierno en las últimas semanas. Hace dos semanas, alrededor de un millón de personas acudieron a Varsovia.

Las elecciones también tienen que ver en parte con la relación con Ucrania. Polonia es uno de los aliados más feroces de Kiev, pero los dos países recientemente llegaron a las manos por la importación de cereales ucranianos. Varsovia lo ha prohibido temporalmente para proteger su propio sector agrícola. El PiS suele obtener puntuaciones muy altas en las zonas rurales y, por tanto, parece querer defender a sus propios votantes.

El domingo también se votarán varios referendos convocados por el Gobierno. Se trata de cuestiones sobre la política de asilo de la UE, con la que el PiS no está de acuerdo, y de una posible valla en la frontera con Bielorrusia. Según los críticos, los referendos tienen como objetivo atraer a las urnas a más votantes conservadores.



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