Estavana Polman ha redescubierto por completo la diversión del balonmano en Rumanía. El jugador estrella del Orange, que sufrió dos graves lesiones en la rodilla, ha estado activo en el club superior Rapid Bucuresti desde finales del año pasado.
“Tengo paz en mi cuerpo, me siento libre para moverme y vuelvo a tener confianza”, dice Polman, de 30 años, en el período previo a los dos partidos de exhibición de Holanda contra Suecia.
Polman parecía haber encontrado la felicidad en Nykøbing Falster el año pasado después de una disputa laboral con su club danés Esbjerg. Habló con calidez sobre ese club y se mostró especialmente feliz de poder seguir viviendo en Dinamarca con su familia. Pero poco después del Campeonato de Europa, optó por una transferencia a Rapid Bucuresti.
“Estaba un poco harto en Dinamarca después de todo lo que había sucedido. Bucuresti se ofreció como voluntario y tenía muchas ganas de emprender una nueva aventura. El club es genial. Inmediatamente me sentí bien con él y todavía me siento bien. Fue lo correcto”. decisión.”
‘Es una mentalidad diferente’
Polman conocía las historias de otros jugadores, que tuvieron dificultades para encontrar su lugar en Rumania, pero eso no molesta al jugador de acumulación del equipo naranja. “Es una mentalidad diferente y me he adaptado a eso”.
“Si el balonmano no va bien, te patean el culo y luego viene el gran jefe del club a hablar contigo y decirte que hagas lo mejor que puedas. Eso me gusta. La gran ventaja es que trabajo con mi hija vive. y además del balonmano solo soy una madre. Eso seguirá”.
Según Polman, en realidad todo funciona sin problemas. “La ciudad es genial, todo está bien organizado. Hay mucho respeto por parte de los aficionados y el ambiente en la sala no tiene precedentes. Nunca había experimentado eso antes. Incluso durante las sesiones de entrenamiento, los aficionados nos esperan y nos animan”. Hay que estar ahí para vivirlo, pero en ese ambiente vuelo sobre el campo”.
Rapid Bucuresti también lo está haciendo bien esta temporada desde el punto de vista deportivo. La selección rumana ha llegado a los cuartos de final de la Champions League, en parte gracias a un excelente Polman. “Va muy bien. Estoy cómodo en mi piel y tengo un entrenador que cree en mí. También vuelvo a tener confianza en mi cuerpo. Mi rodilla nunca volverá a ser la misma, pero ya no siento miedo ni estorbo”.