La policía se topó con el descubrimiento cuando registraron al hombre por comportarse de manera extraña mientras visitaba un sitio arqueológico en la ciudad sureña de Puno.
El hombre llamó a la momia “su amiga espiritual” y hasta le puso un nombre: Juanita. La mantuvo en una caja al lado de la televisión. Según el hombre, la momia pertenecía a su padre. Pero no podía decir cómo su padre consiguió el cuerpo.
Según los expertos, la momia tenía entre 600 y 800 años y probablemente un hombre de unos 45 años.
La momia estaba envuelta en vendajes en posición fetal, lo cual es típico de muchos de los entierros prehispánicos de la zona.
La policía decomisó la momia en la hielera y la entregó al Ministerio de Cultura peruano. El hombre que transportaba el cuerpo fue detenido junto con sus amigos. Los veinteañeros están detenidos y se investigan posibles delitos.