Pastos verdes con una docena de caballos y vacas colorean el Heesselt holandés. Apenas 400 personas viven en este pueblo de pólder, a unos 45 kilómetros de la frontera belga. A través de la carretera principal Waalbandijk se llega a una de las únicas cinco calles del pueblo. Por un lado miras al río Waal y por el otro chocas con villas con techos de paja. La iglesia luce bellamente en el medio. Y también hay una casa de té.