Toro sale desde el banquillo, pero cuando entra marca cuatro goles en 27 minutos: es el máximo goleador del campeonato y el líder del equipo de Inzaghi
– SALERNO
Bienvenidos al show de Lautaro. El Inter ahuyenta el fantasma de Berardi, se reposiciona con cierta audacia junto al Milán y frunce el ceño ante la llegada del Benfica a San Siro. Todo ello, subido a los hombros de su Toro con el brazalete: en Salerno, por primera vez en la temporada, Martínez sale desde el banquillo, pero 27 minutos le bastan para anotar cuatro y alcanzar ya las cifras dobles para la temporada. El póquer argentino da una idea de lo mucho que se aferra el equipo de Inzaghi a su fenómeno del diez al hombro. Pero el 4-0 contra el Salernitana fue todavía más amplio de lo que decía el partido: en el 60′ el equipo de un inestable Sousa todavía mostró orgullo y jugó en igualdad de condiciones, pero fueron las sustituciones de Simone las que les hicieron hundirse tan teatralmente en la última media hora.
QUE HOMENAJE
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Simone Inzaghi, como lo intentó la víspera, decide dejar tomar aliento a los jugadores más enérgicos en la salida: con la mirada puesta en el Benfica, fuera Toro, Bastoni, Mkhitaryan y en Sánchez, Pavard más el holandés Klaassen, un equipo más suculento y ligeramente forzado por la ausencia de Frattesi. Sousa, con la espalda contra la pared, al menos cambia su configuración de salida apoyándose en un 4-2-3-1 para buscar amplitud, con la pareja Bohinen y Legowski haciendo de barrera en el medio y el trío Kastanos. -Martegani-Cabral atrás al resucitado Dia. Un espectáculo sorprendente lo ofrece al principio la curva de Salerno con un variado homenaje a Pink Floyd. De hecho, la primera parte de la coreografía, que reproduce la portada del inolvidable álbum “The Wall”, casi se convierte en una sugerencia para el equipo local: dado el sprint del Inter, la Granata realmente debe levantar el muro. Enseguida llovieron tiros peligrosos que sólo fallaron por errores de puntería: primero un inspirado Sánchez y luego Dumfries falló, mientras que Ochoa tuvo que estirar la mano tras un cabezazo de Carlos Augusto.
El Inter no se abre paso
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Parecería, por tanto, una masacre anunciada y, en cambio, siempre basta con volver a conectar el hilo con la maxicoreografía inicial en la que los ultras granatas también rindieron homenaje a otro disco de la banda británica, “The Dark Side of the Moon”. : “Siempre nos encontrarás aquí, en la cara oculta de la luna”, se lee en la curva del inicio. Y los chicos de Sousa también demuestran que tienen otra cara, más oscura y más cruel que la dócil mostrada en el primer cuarto de hora. Así, libre de miedos, Salernitana logra jugar en igualdad de condiciones y tener oportunidades con Kastanos y Cabral. Al mismo tiempo, el Inter perdió la furia y la mesura en el campo, con Klaassen buscando laboriosamente la mejor posición y, sobre todo, demasiados errores de imprecisión en el momento del jab. Thuram es una amenaza sólo en los pocos momentos en los que puede hacer valer su cuerpo en el área y cuando puede controlar el balón en el área peligrosa, pero siempre está bien controlado por Gyomber. Entre otras cosas, un choque en el área entre ambos provoca que el banquillo del Inter pida penalti a gritos.
LOS CAMBIOS SON DECISIVOS
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Viendo que la segunda parte comenzó con un descaro cada vez mayor por parte del equipo de Campania, Inzaghi decidió hacer un cambio antes de lo previsto, con la triple sustitución ya en el minuto 9. Calha, extrañamente impreciso, deja la dirección a Asllani, mientras que Micki es llamado para realizar trabajos adicionales en lugar de Klaassen (aplazado, serán necesarias más pruebas para el holandés). Pero, sobre todo, Lautaro entra para dar sustancia tras los vaivenes de Sánchez. Con el argentino al lado del francés, suena una música completamente diferente en ataque, también porque la conexión entre los dos surge de forma más natural y Toro demuestra tener la pierna derecha, la de principios de temporada: evidentemente incluso un descanso. y se sirven monedas en el banco para recargar las pilas. Después de algunas buenas ideas preparatorias, el capitán nerazzurri consigue “dividir” un partido nada fácil: su ataque a Ochoa en la salida, tras una asistencia de su gemelo Marcus, es una belleza.
SE PROPAGA
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El 1-0, sin embargo, no da la tranquilidad necesaria a los nerazzurri, que arriesgan mucho, sobre todo saliendo desde abajo, y no apaga la ilusión de un equipo salernitano orgulloso. Los locales también habrían encontrado el empate con la entrada de Legowski tras una asistencia imaginativa del talento argentino de la escuela de San Lorenzo Martegani, pero unos centímetros de fuera de juego salvaron al Inter. A partir de ese momento, las ambiciones de remontada de Sousa comenzaron a desvanecerse hasta que un error incomprensible de Ochoa frenó el partido: el mexicano le dio el balón a Dumfries quien de allí se lo pasó a Barella, luego en un centro de Nicolò el Toro convirtió gol para el doblete. Cuando Thuram recibe un penalti tras una falta del desastroso Lovato, Toro continúa su fiesta: marca de penalti el hat-trick. Lo que se convierte en póquer en un centro de Carlos Augusto: su suave zurda vale el décimo gol en ocho partidos. Excelente manera para que él y el Inter recuperen el liderato en la liga y se preparen para el Benfica.
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