En su salón del interior de Mónaco, el dominador Tadej Pogacar volvió a ser intocable y está al borde de la victoria absoluta en el Tour de Francia. Esto significaría que el esloveno lograría el histórico doblete de victorias en el Giro de Italia y el Tour de Francia en el mismo año, que logró por última vez el fallecido ícono Marco Pantani en 1998.
No muy lejos de Mónaco, su hogar adoptivo, Pogacar no fue nada misericordioso el sábado y se llevó la victoria en la penúltima etapa hasta el Col de la Couillole por delante de su gran rival Jonas Vingegaard. El joven de 25 años celebró su quinta victoria de etapa en el Tour de este año y aumentó su cuenta a 16 éxitos. En la clasificación general aventaja en más de cinco minutos a Vingegaard.
“No podría estar más feliz que con la victoria de este día. Lo disfrutaré mañana”, dijo el insaciable esloveno: “Si me hubieran dicho eso antes del tour, no lo habría creído”.
Sin embargo, tiene que renunciar a la camiseta de mejor profesional de la montaña, que Pogacar también ostentó durante mucho tiempo. La codiciada camiseta blanca con puntos rojos la consiguió el sábado el ecuatoriano Richard Carapaz, que quedó tercero en la etapa. Al campeón olímpico sólo le queda llegar a la meta en la contrarreloj del domingo.
Escenario en el área de entrenamiento.
En general, sería la tercera victoria de Pogacar en el Tour. Eso lo pone a la par de Greg LeMond. Los ganadores récord con cinco éxitos cada uno son Eddy Merckx, Bernard Hinault, Jacques Anquetil y Miguel Indurain. Lance Armstrong fue despojado de sus siete victorias por culpa del dopaje.
En mayo, Pogacar triunfó en el Giro y aventajó casi diez minutos al colombiano Daniel Martínez, segundo clasificado. Durante mucho tiempo hubo dudas sobre cómo este excepcional conductor afrontaría la tensión. Pogacar respondió con rendimiento, ganando dos finales de montaña difíciles en los Pirineos y uno en los Alpes.
Después de su cuarta victoria de etapa el día anterior, Pogacar ya había anunciado que quería disfrutar de la escalada a través de los Alpes Marítimos, que estuvo salpicada de cuatro puertos. “Esta es mi zona de entrenamiento, conozco muy, muy bien cada montaña”, dijo Pogacar. El danés Vingegaard también había renunciado a sus últimas esperanzas de ganar la general y quería concentrarse en conseguir el segundo puesto.
Sin tensión como en 1989
La contrarreloj final de 33,7 kilómetros debería ser un puro triunfo para Pogacar. Dado el liderazgo, incluso podría permitirse un defecto. Desde una perspectiva humana, no habrá ningún drama como el de 1989, cuando el Tour terminó por última vez con una contrarreloj individual.
En aquel momento, LeMond entró en la batalla contra el crono en París a 50 segundos del líder Laurent Fignon. El estadounidense no dejó nada al azar, rodando con un accesorio de triatlón en el manillar y un casco de contrarreloj, mientras el francés corría por las calles de la capital francesa con su cabello rubio al viento. Al final, LeMond estaba ocho segundos por delante de Fignon y celebró la victoria en el Tour más estrecha de la historia.