El equipo de Baroni, que sumaba su quinta victoria consecutiva en el campeonato, aprovechó su superioridad numérica en la segunda mitad debido a la evitable expulsión del ex jugador del Milan en el minuto 35 y marcó con Gigot, Zaccagni y Dele-Bashiru.
La Lazio se confirma como una apisonadora en el Olímpico. La sexta victoria en casa (de 7 partidos jugados en casa, 8 éxitos de 9 incluida la copa) llega contra un equipo de Bolonia que lleva nueve partidos en una buena racha, por lo que no es un cliente fácil. Pero los biancocelesti, que quedan así en segundo lugar, viven en una especie de estado de gracia que los hace prácticamente perfectos. Contra los Emilianos llega la quinta victoria consecutiva en el campeonato, la séptima consecutiva incluyendo la copa. El Bolonia se rinde a su actual ferocidad y juega muy bien en la primera media hora (aunque el juego de Italiano es puramente defensivo), pero luego se detiene cuando (35′ primera parte) se queda con diez hombres debido a la doble tarjeta amarilla a Pobega. Con un hombre menos, las cosas se vuelven difíciles y, a la larga, a la Lazio le resultará fácil imponer su ley.
Sin goles en el descanso
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El partido estuvo bloqueado al principio, la Lazio inmediatamente intentó hacerse con el partido, pero el Bolonia fue muy cuidadoso en la fase defensiva. Italiano alinea a su equipo con un 4-2-3-1 muy cerrado, con los cuatro defensores alineados que no conceden nada, la conexión en el centro del campo Freuler-Pobega que aguanta bien y el cuarteto de ataque que siempre retrocede para dar los jugadores una mano más atrás. La Lazio está teniendo dificultades para encontrar espacios. Baroni confirma el 4-3-3 ya desplegado en Monza, con Castellanos como delantero centro y Pedro por la derecha en lugar de Isaksen. Lo intentan los locales con un disparo desde fuera de Vecino y un tacón de Castellanos que Ravaglia no tiene dificultades para neutralizar. El Bolonia responde con un par de disparos lejanos, el primero de Orsolini, el segundo de Castro, ambos desviados. Poca emoción hasta la media hora, pero el partido cobra vida en el último cuarto de hora de la primera parte. En el minuto 33, Guendouzi devora un gol cómodo (solo frente a Ravaglia que tropieza en el momento del disparo), dos minutos después el francés sigue siendo protagonista. Pobega es expulsado por una falta suya (segunda tarjeta amarilla, el centrocampista ya había sido amonestado por una falta anterior sobre Lazzari). La superioridad numérica empuja a la Lazio a acelerar el ritmo. Justo antes del descanso, tras un centro de Lazzari, el tacón de Zaccagni no es preciso y Orsolini impide desesperadamente el toque de Pellegrini.
Desbloquear Gigot
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La segunda parte comienza con tres cambios. En Lazio Gigot sustituye al lesionado Romagnoli, Moro y Urbanski se incorporan al Bolonia, se marchan Orsolini y Karlsson. El italiano, que ya había alineado a su equipo con un 4-3-1-1 tras la tarjeta roja en Pobega, confirma esta formación, pero con una inclinación más conservadora dadas las características de los sustituidos. En ese momento el guión táctico era evidente: Lazio toda inclinada hacia adelante y el Bolonia atrincherado en su mitad del campo. Castellanos estuvo a punto de marcar con un cabezazo que se fue desviado tras una asistencia de Vecino. Al cuarto de hora, Baroni rompe el punto muerto y da mayor peso ofensivo a su formación con las introducciones de Isaksen (por Pedro) y Dia (por Vecino), pasando así al 4-2-3-1. Es la jugada que da a los locales la sorpresa decisiva. En el minuto 20, los biancocelesti marcaron con el nuevo suplente Dia, pero el gol fue anulado por fuera de juego de Castellanos, autor de la asistencia. Tres minutos después, sin embargo, el gol es bueno. El recién llegado Gigot marca de cabeza (primer gol de la Lazio) tras un córner de Zaccagni, cuya trayectoria está contaminada por el intento de intervención de Moro. Otros 4 minutos y la Lazio dobla. Gran gol de Zaccagni que, poco más allá del centro del campo, recibe el balón de Pellegrini, vuela hacia el área y, una vez que llega al borde de la misma, enfría a Ravaglia con un disparo curvado. El italiano, en ese momento, piensa con razón en la Liga de Campeones y primero saca del campo a Freuler y Odgaard (se hacen cargo de Fabián y Dallinga), luego también a Castro (en su lugar entra Holm). Baroni, en cambio, ovaciona de pie a Zaccagni (entra Tchaouna) y luego también hace que Castellanos se tome un respiro, poniendo a Dele-Bashiru. Y es precisamente este último, en plena recuperación, quien pone el marcador en 3-0 al final de una combinación Lazzari-Isaksen, el danés es derribado por Ravaglia, sería penalti, pero Dele-Bashiru anota: Es su primer gol en el campeonato, el segundo contra la Lazio.
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