Pioli como Allegri, Inzaghi como Inzaghi. Cuanto esfuerzo la milanesa…

Tercero 1-0: el Milan se reinicia. Simone nunca cambia al Inter. Atalanta, Roma, Lazio por los puntos de la Champions

¿Quieres ver que la maltratada Allegri finalmente llega a la escuela? Para sacar al Milán de la crisis, Pioli parece haber tomado como modelo a Max: una defensa a tres para que haya más densidad detrás, más capacidad y ganas de sufrir de todos, un poco de suerte (palo-Tatarusanu-palo- afuera, cosas espeluznantes). Y, por supuesto, el mítico 1-0, bueno para quitarle la victoria a Monza. No el primer 1-0 de los rossoneri, pero sí el tercero seguido tras los de Turín y Tottenham. Ya no es un caso, por tanto, sino una regla.

Y por otro lado, si el entrenador del campeón italiano pretendía resurgir, algo tenía que cambiar allí mismo, dada la cantidad de goles encajados por su Milan hasta la semana pasada: incluso 30 en las primeras 21 jornadas ligueras, muchos más que el Lecce, por ejemplo. No puedes esperar ir a la Liga de Campeones cuando defiendes así.

Doble de acción

Quién sabe si Pioli se enfadaría como Allegri si le dijeran que se ha convertido en el suplente rossoneri de su colega de la Juventus. Quizás se limitaría a señalar que le apasiona más el ciclismo que las carreras de caballos y no sabe lo que es un hocico corto. El caso es que el Milan -aunque decididamente más feo que la temporada pasada- está recuperando una mejor posición en la clasificación, además de soñar con los cuartos de final de la Champions League. Lo que no puede encontrar, de hecho encuentra, es De Ketelaere, el aclamado fracaso del mercado de verano del AC Milan. El chico es torpe en sus movimientos, torpe, lento, y hasta en Monza falló el gol que -quién sabe- lo pudo desatascar. La sensación es que no es solo una cuestión psicológica, sino también atlética y quizás técnica. Parece incómodo en cada jugada, siempre tarde, pero no viajamos a un ritmo frenético como en la Premier League.

Lukaku

Incluso Lukaku parece haberse inspirado en Allegri en ese gesto que mostró en San Siro tras marcar el penalti que puso el 1-0 ante el Udinese. La mano pasada por su frente recordó el «fiuuu» de Max tras haberse escapado, y de hecho el delantero centro belga acababa de arriesgar mucho chutando mal desde el punto de penalti y favoreciendo la atajada de Silvestri. Por suerte para él, le hicieron tirar de nuevo el penalti y le acorraló. Pero no fue suficiente para allanar el camino del Inter a la victoria sobre el Udinese, de hecho, los nerazzurri tuvieron que sufrir mucho para llevarse los tres puntos. El equipo de Inzaghi parece hecho a la medida del técnico: no se equivoca a la hora de ganar una copa nacional, y de hecho en dos temporadas ha traído tres y está en carrera por la cuarta, pero tiene problemas constantes en la liga.

Rotación

El problema es que las Copas de Italia y las Supercopas de Italia no son suficientes para el Inter, la historia del club, combinada con la fuerza del personal, impone otro camino en la liga: un camino ganador. Contra el Udinese, Inzaghi dio descanso a bastantes titulares: no solo Onana sino también Skriniar, Calhanoglu, Lautaro. ¿Demasiados? Tal vez, pero ese no es el principal problema, si acaso es la incapacidad de Simone para cambiar el marcador, para barajar las cartas, para sorprender, para probar nuevos caminos aunque sea solo por una parte del juego. Nunca una variación del tema, siempre y solo el 3-5-2 (se enamoró de él en un Lazio-Palermo 6-2 en 2017 y nunca, jamás, lo ha abandonado desde entonces).

En mil sufrimientos, Milan e Inter aún se llevaron sus tres puntos. Pasos hacia la Champions, a la espera de que los rivales intenten responder hoy: Atalanta y Roma en casa con Lecce y Verona, Lazio en Salerno ante el debutante Paulo Sousa. Sarri arriesga más, pero Mourinho también viene de una copa agotadora el jueves. ¿Puede un marcador de 1-0 ser suficiente para tener un domingo tranquilo?



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