«La confianza de los ciudadanos en la información está en crisis» y «tras una pandemia devastadora, la desinformación sobre ciencia y vacunas ha costado vidas; en cambio, una comunicación pública eficaz de la orientación sanitaria ha salvado muchas otras». Esto es lo que leemos en el primer “Informe de la OCDE sobre comunicación pública. El contexto global y el camino a seguir”, presentado en colaboración con el Departamento de Información y Publicaciones de la Presidencia del Consejo de Ministros.
35% confía en las redes sociales
“La comunicación pública puede jugar un papel crucial para abordar la doble crisis de confianza, hacia los gobiernos y la información”, continúa el Informe, que reporta una serie de datos sobre la falta de confianza en los gobiernos y la información a nivel global: en los países de la OCDE solo 51 El % de los encuestados confía en su gobierno, mientras que en 34 países, el 52% de los encuestados se declara insatisfecho con la democracia. Por otro lado, hay un “registro de baja confianza en todas las categorías de proveedores de información”, con un 35% confiando en las redes sociales y un 46% del público confiando en las noticias que eligen consultar.
Cinco principios clave
Por lo tanto, el Informe de la OCDE identifica cinco principios clave para promover una comunicación pública efectiva: fortalecer la función de comunicación pública, con estrategias que apoyen la política y el gobierno abierto; institucionalizar y profesionalizar la comunicación, invirtiendo en habilidades y recursos adecuados; hacer una transición hacia una comunicación más informada, comprendiendo las necesidades de las diferentes categorías de público y midiendo los impactos; utilizar las tecnologías y los datos digitales de manera responsable para apoyar la inclusión y el cumplimiento de las normas éticas; reaccionar ante la desinformación y la desinformación, con intervenciones preventivas y reactivas para frenar la difusión de esos contenidos.
Ansuini: se necesita comunicación basada en datos verificables
“Frente a las que intervienen en el marketing, la comunicación pública debe expresar una responsabilidad adicional, que es la referencia a la verdad. La responsabilidad de posibilitar que el destinatario verifique y comprenda la información, cuidar la cultura de datos y noticias con base en hechos comprobables. La información debe ser reconducida a los datos y la confiabilidad es un compromiso esencial para un comunicador público”. Así hablaba la directora de la Oficina de Comunicación Institucional y Relaciones con los Medios del Primer Ministro, Paola Ansuini, en la presentación del primer Informe de la OCDE sobre comunicación pública. «Los destinatarios electivos de un comunicador público son los periodistas, por el papel profesional que desempeñan y que sigue siendo crucial en una democracia. No podemos prescindir de los que son intermedios y tienen aptitud para la difusión para conseguir que incluso temas muy complejos lleguen a un público amplio, de forma transparente y eficaz”, añade Ansuini, según el cual “no debemos obtener mejora alguna costes de la “marca” para la que trabajamos, sino trabajar para una administración pública que sea capaz de dar a cada destinatario lo que necesita. Una comunicación de servicio no es triste pero logra obtener respuestas y mensajes dirigidos».