Faltan sólo tres meses y medio para que se cumpla el “plazo” indicativo para la definición del paquete económico para 2025, que se enviará al Parlamento antes del 20 de octubre. Y, por tanto, también a la elección del Gobierno en materia de pensiones para abordar el “post Cuota 103, Simio Social y opción mujer” en 2025. Después de la mesa técnica del año pasado con los sindicatos, que terminó sin éxito, a principios de este año el ejecutivo dejó en suspenso la cuestión de las pensiones, debido a la difícil situación de las finanzas públicas. Pero, una vez pasadas las elecciones europeas, y a medida que se acerca la ley de presupuestos, el trabajo en materia de pensiones empieza a reactivarse. La Liga reiteró que la Cuota 41, o la posibilidad de salir con 41 años de pagos independientemente de la edad, sigue siendo un objetivo prioritario a alcanzar rápidamente. Pero el poco brillante resultado electoral obtenido por Matteo Salvini parece reducir el margen de negociación de la Liga Norte dentro de la mayoría. Al mismo tiempo, sin embargo, continúa en la CNEL el trabajo del grupo de trabajo creado por el presidente Renato Brunetta para definir un documento orgánico sobre las pensiones que se presentará en julio, al que seguirá, a principios de octubre, la preparación de un proyecto. Propuesta de plan de ley para el reordenamiento del sistema de seguridad social. Y una de las diversas propuestas evaluadas en Villa Lubin prevé un retorno sustancial al esquema de la ley Dini con una flexibilidad de salida calibrada en un rango de edad de 64 a 72 años, evitando así el recurso al sistema de cuotas.
El peso de la bonificación aumentaría al jubilarse más tarde dado que el rango de nueve edades (en lugar del rango actual de 16, producido también a raíz de las excepciones a la ley Fornero) se traduciría en los nuevos coeficientes de transformación. Al mismo tiempo, el umbral para la jubilación se elevaría a 67 años con al menos 25 años de cotizaciones o una pensión equivalente a 1,5 veces el subsidio social (en lugar de los 67 años actuales más 20 de pagos).
Ésta, por el momento, es sólo una de las propuestas que están tomando forma en la CNEL, para llegar a las opciones definitivas para la definición del documento final que estará finalizado en julio, sobre la base de las contribuciones provenientes del grupo de trabajo coordinado por Domenico Garofalo y compuesta por Antonietta Mundo, Guido Canavesi, Giuliano Cazzola, Silvia Ciucciovino, Maria Cristina Degoli, Mauro Franzolini, Mauro Marè, Valeria Picchio y Michele Raitano. Antes de finalizar el expediente final, ya en la primera parte de julio deberían elaborarse cuatro documentos técnicos relacionados con otros tantos temas: fondos de autónomos; pensión complementaria; seguridad social obligatoria; contribución.
Se debe prestar mucha atención a la cuestión de la jubilación anticipada. En un aporte de Mundo se señala, por ejemplo, que para las 104.806 pensiones anticipadas del fondo de trabajadores asalariados del INPS, que en 2023 absorbió el 91,8% de los anticipos pagados a los empleados privados recién jubilados, las edades medias reales de salida anticipada de 61 años con unas cuantías medias mensuales de 2.035 euros brutos. Y se añade que las pensiones anticipadas son las de mayor duración y cuantía media más elevada respecto al resto de categorías, debido también al progresivo aumento de la longevidad para ambos sexos. En particular, el 50% de las anticipos o anticipos de antigüedad de al menos treinta años o más. Lo cual se reduciría significativamente con la adopción del esquema de salida flexible de 64 a 72 años. Pero el gobierno parece inclinado a posponer la reforma de las pensiones hasta tiempos mejores. La mirada del ejecutivo, y de la mayoría, por ahora sigue centrada en “después de la Cuota 103” y también en un posible endurecimiento adicional del mecanismo de indexación de las pensiones.