La última alarma la lanzó el martes 13 de septiembre la Oficina de Presupuesto del Parlamento con un sustancial pedido de claridad al Gobierno sobre el espinoso tema del impacto en las cuentas públicas de la mayor indexación de los cheques a garantizar a los pensionados por el alza de los precios al consumidor. . . La reliquidación automática de las cotizaciones de la Seguridad Social, prevista cada año en enero, es una de las primeras espinas que tendrá que afrontar el Gobierno que se formará tras la vuelta electoral del 25 de septiembre.
Los primeros efectos de la inflación
También porque en las últimas semanas las primeras estimaciones sobre el efecto de la vida cara en los gastos de la seguridad social han despertado más de una inquietud entre los técnicos de la Contaduría General del Estado y de laInps. El impacto sobre el gasto en pensiones de una inflación superior al 8% sería de nada menos que 25.000 millones.
Con la consecuencia de hipotecar al menos 8-10.000 millones de la ley de presupuestos para 2023. Que se sumarán a los mayores costes ya previstos por la legislación vigente (absorbidos en las previsiones del Def de abril) y a la minidote, a ser con cargo al presupuesto 2022, destinado por el Gobierno con el Decreto de Ayudas bis para garantizar en octubre un primer anticipo del 2% de las revalorizaciones de los tratamientos para la audiencia sólo por debajo de los 35 mil euros de ingresos anuales.
Las indicaciones de la Oficina de Contabilidad
Ya a finales de julio la Contabilidad había señalado, en la habitual actualización de las tendencias a medio-largo plazo del sistema de pensiones, el aumento del gasto en seguridad social para los próximos dos años bajo la presión del alto coste de vida en +0,7% del PIB. Y los técnicos de vía XX Settembre también habían señalado que las consecuencias de este repunte inflacionario se habrían reabsorbido en un plazo de veinte años, produciendo un crecimiento medio de la “carga” del 0,4% del PIB precisamente en el periodo comprendido entre 2022 y 2045. .
Un escenario que podría empeorar aún más debido a la ralentización de la economía prevista para los próximos meses. En el contexto de la nota de actualización a la Def que el gobierno de Draghi está a punto de presentar, la previsión sobre el crecimiento del gasto en pensiones el próximo año podría revisarse al alza. Lo que, en las últimas proyecciones contables, se da al 16,2% del PIB: 0,5 puntos porcentuales más que el 15,7% señalado para 2022.