Apoyo a las rentas de los empleados y jubilados, mayor flexibilidad hacia la jubilación, lucha contra la precariedad, reducción de la cuña fiscal en beneficio de los trabajadores pero también una política industrial que no se limite a atender la emergencia: estos serán los principales temas que Los secretarios generales de la CGIL, CISL y UIL, Maurizio Landini, Luigi Sbarra y Pierpaolo Bombardieri, señalarán a la atención de la Primera Ministra, Giorgia Meloni, en la reunión prevista en el Palazzo Chigi para el miércoles 9.
Una reunión en la que probablemente nos limitaremos a escuchar a los representantes sindicales de cara a la finalización de la maniobra presupuestaria y las intervenciones anunciadas tanto sobre el frente de las facturas caras como sobre los cambios en la renta de la ciudadanía. La prioridad para los sindicatos es el poder adquisitivo de los salarios y pensiones recortados por la inflación que llegó a los dos dígitos en octubre pero también la introducción de correcciones a la ley Fornero de seguridad social que evitan en 2023, venció la Cuota 102. ” Acceso a la pensión sólo con 67 años de edad o con 42 años y 10 meses de cotización (41 y 10 meses para las mujeres).
Eslabones estrechos para maniobrar
El margen de maniobra será muy estrecho incluso frente a los amplios recursos que serán drenados por la equiparación de las pensiones con respecto a la inflación. De hecho, son unos 23.000 millones teniendo en cuenta la homologación actual (100% de inflación hasta cuatro veces el mínimo, 90% entre 4 y 5 veces, 75% más de 5 veces) salvo que el Gobierno siga pensando en echar una mano a la de los cheques más altos.
La ministra de Trabajo, Marina Elvira Calderone, que habló en la asamblea de Federmeccanica el pasado 5 de noviembre, argumentó que “hay que hacer una reflexión profunda sobre el aumento del poder adquisitivo de los salarios” y subrayó que ello y la reducción de la cuña fiscal y contributivo “los objetivos deben ser alcanzables en poco tiempo”.
Landini argumenta que para liberar recursos es necesario intervenir sobre las ganancias extra redistribuyéndolas en su totalidad. “Estamos hablando -dijo- de decenas de miles de millones. Están ahí, van a tomar y redistribuir, ¿sí o no? El resto es cháchara». Y reiteró que hay que recortar la cuña fiscal en beneficio de los trabajadores y no de las empresas aumentando la nómina neta.