Pensiones, bonificaciones y umbrales para quienes postergan la salida: aquí están los incentivos para estudiar


Una «recompensa» para los que posponen su jubilación. Con un cheque de pago que es aproximadamente un tercio más pesado. Pero no para mayores de 63 años y, probablemente, no para todo el mundo. También porque su «misión» prioritaria sería evitar nuevas fugas del sector público, empezando por los médicos.

Empieza a tomar forma la descontribución para incentivar la permanencia en el trabajo de los trabajadores en posesión de los requisitos de jubilación, que fue propuesta por la Liga y que ahora evalúan los técnicos del Gobierno para verificar su factibilidad real, también en términos de costos, de cara al lanzamiento. de la maniobra con la que deberían tomarse las medidas para sustituir la Cuota 102, quizás con una versión revisada (62 o 63 años de edad y 41 de cotización). Son precisamente los requisitos mínimos exigidos para acceder a la pensión, que en más de un caso difieren entre las distintas categorías, se convertirían en el umbral a partir del cual se desencadenaría el incentivo.

No al límite rígido de 63 años para cualquier bonificación

La hipótesis que se estudia para favorecer el aplazamiento de las jubilaciones no contemplaría un umbral rígido de 63 años para beneficiarse del incentivo. El umbral efectivo estaría representado por los requisitos mínimos de acceso a la pensión fijados para las categorías individuales que se verían afectadas por el mecanismo de deducción. Actualmente, por ejemplo, algunos de los médicos pueden optar por dejar el trabajo incluso con 62 años de edad y 35 de cotización o con 42 años de cotización (incluidos los rescates) independientemente de la edad.

El nudo de los puestos

En las intenciones de la Liga, el plus por el retraso en la jubilación debería estar garantizado en todos los ámbitos: si no para todos, al menos para la mayoría de los trabajadores. Pero queda sobre la mesa la hipótesis de incentivos limitados a determinadas categorías, favoreciendo a aquellos con plantilla irregular.

Prioridad al sector público, comenzando por la salud

Si la desgravación fiscal recibiera el visto bueno del Gobierno, sería el empleo público (al menos algunos sectores) el que se beneficiaría de ella, que, debido al elevado número de salidas registradas en la Cuota 100 años tras una larga fase de bloqueo la rotación, presenta muchas áreas con vacíos de personal, aún no cubiertos por la operación de «concursos públicos» iniciada por el ex ministro de la AP, Renato Brunetta. Y en el caso de que el gobierno, para evitar la vuelta a la ley Fornero en su versión plena, optara por una Cuota 102 revisada, con salidas a 61 años y 41 de cotizaciones, la llamada «fuga» de la AP podría recurren con una nueva sacudida. Independientemente de esta variable, el nuevo mecanismo con primas se activaría en todo caso en el frente sanitario para evitar que se reduzca aún más la presencia de médicos en los hospitales.



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