El Gobierno está trabajando en un “decreto anticipado” de 3.200 millones para financiar en las próximas semanas una partida para el ajuste de las pensiones a la inflación, una dotación inicial para renovaciones de contratos en la administración pública y nuevos fondos para gestionar la emergencia migratoria. Los espacios financieros serán posibles gracias al desvío que el Ejecutivo pedirá a las Cámaras en el informe remitido junto al NaDef publicado ayer. El extradéficit que se autorizará asciende a 3,2 mil millones este año, 15,7 el próximo, cuando se pretende financiar más de la mitad del presupuesto, y 4,6 en 2025, para un nuevo déficit total que alcanzará, por tanto, los 23,5 mil millones.
La elección, detallada en el informe, es un acto de generosidad interesada por parte del Gobierno, que de esta manera adelanta algunos recursos a los directamente interesados pero, sobre todo, descarga 3.200 millones de gastos de un presupuesto de 2024 muy complicado. para llegar a fin de mes.
Está en juego una pensión adicional del 0,8%
Para los pensionistas, la idea es reconocer antes de final de año el ajuste que sirva para alinear las pensiones de 2023 con la inflación real registrada el año anterior, que alcanzó el 8,1% frente al 7,3% calculado cuando se midió la revalorización. En definitiva, hay otro 0,8% en juego. Precisamente la subida de precios obliga al Ministerio de Economía a revisar de nuevo al alza el total del gasto en seguridad social, que el año que viene crecerá otro 7,3% (frente al +7,1% calculado en abril) para subir otro 3% de media anual en 2025 y 2026, cuando alcanzará los 361.240 millones. Estas cifras probablemente empujarán al Gobierno a endurecer aún más el mecanismo de revalorización de las prestaciones medias-altas, ya recortado el año pasado, en un esfuerzo por completar el marco de cobertura de la ley presupuestaria.
Medidas también para el sector público…
Las mismas necesidades animan la medida en construcción para uso público. Aquí el objetivo es destinar un fondo inicial para iniciar las renovaciones de contratos, empezando por la asistencia sanitaria como ha reiterado el Gobierno en los últimos días. La instalación de medición todavía está en construcción en medio de más de una dificultad técnica. Aquí, en cualquier caso, la urgencia parece más que contable: cargar sobre el déficit de este año, ya inflado desproporcionadamente por los efectos del Superbonus, una parte del gasto que no sería manejable en los balances del próximo año. Si se opta por el fondo de renovación, de hecho, la asignación estará destinada a permanecer estacionada durante mucho tiempo; porque las sumas que se utilizarían para cubrir la inflación de 2022-24, años de referencia de los nuevos contratos a negociar, valen casi 10 veces la asignación del decreto, y las negociaciones para encontrar un punto de encuentro con los sindicatos en solicitudes más bajas que aún no han comenzado.
…Y por la emergencia migrante
Para completar el marco de la disposición habrá nuevos fondos para la emergencia migratoria, que en los últimos días también está involucrando al Gobierno en una compleja negociación a nivel comunitario. Porque mientras buscamos un laborioso acuerdo con otros países, es necesario tapar los agujeros de un sistema de acogida que se ha visto muy perjudicado con las llegadas de las últimas semanas.