Robert Lewandowski lleva años llamando la atención por su estilo tan especial al lanzar penaltis. Su inquietud dilatoria suele funcionar bien, pero no en el partido de la Eurocopa contra Francia, al menos no una vez. Porque la ex estrella del Bayern tiene una segunda oportunidad en Dortmund.
Robert Lewandowski hizo lo que siempre hace cuando lanza un penalti en este minuto 77 del partido de la ronda preliminar del Campeonato de Europa entre los ya eliminados polacos y la máxima favorita Francia. Tropezó, se detuvo, volvió a tropezar, se detuvo, tropezó, se retrasó, todo mientras miraba al portero francés Mike Maignan.
El número 9 polaco parecía un vaquero esperando que su oponente finalmente se moviera. El problema de Lewandowski: Maignan no se dejaba mirar en la parte superior del cuerpo, no se movía, no seguía el juego del delantero estrella. Y en algún momento tuvo que disparar (EL VIDEO SE ABRE ARRIBA).
El resultado fue un balón mal lanzado al ángulo izquierdo de la portería (visto por el tirador), que Maignan defendió sin problemas; a la celebración del Equipo Tricolore, que en ese momento iba ganando 1-0, y que había puesto rumbo a la victoria del grupo gracias a un penalti del enmascarado Kylian Mbappé que convirtió con confianza y sin inquietudes.
Lewandowski puede agradecer a Maignan
Sin embargo, Maignan cometió un error. Mientras el balón aún rodaba hacia la portería, Lewandowski denunció una infracción del portero. Las piernas del número 16 (saludos de Fabien Barthez) avanzaron demasiado pronto.
Cuando Lewandowski disparó, Maignan estaba demasiado lejos de la línea de gol, lo que le dio ventaja al reducir el ángulo de entrada del tirador.
El árbitro Marco Guida, que antes del penalti había señalado a Maignan que la regla del pie estaba controlada más estrictamente desde hacía algún tiempo, confirmó inmediatamente la objeción de Lewandowski. El italiano ordenó repetir. El entrenador francés Didier Deschamps, campeón del mundo, ya no entendía el mundo al margen. ¡Sacrebleu!
El primer penalti resultó ser una auténtica “repetición”: como si un director hubiera rebobinado el balón con un mando a distancia en el Westfalenstadion, Lewandowski empezó de nuevo con su propio estilo. La afición polaca contuvo la respiración cuando el exfutbolista mundial se detuvo como de costumbre, giró el pie derecho y empujó el balón. La diferencia: esta vez Lewandowski disparó con mayor precisión, mucha más precisión.
Maignan volvió a oler el asado y se lanzó hacia su esquina derecha. Pero esta vez el polaco apuntó con tanta precisión que el balón quedó fuera del alcance del portero del Milan. Saltó desde el poste interior a la red. 1:1. Un auténtico freno para los franceses, que hasta ahora han decepcionado en esta Eurocopa.
Francia sigue ahogándose, Polonia muestra moral
Aunque Les Bleus se mostraron más ofensivos que en los partidos contra Austria y Holanda, el equipo de Deschamps tampoco cumplió sus expectativas en Dortmund.
Sin duda, Francia ocupa el segundo puesto del difícil Grupo D, detrás de los sensacionales austriacos de Ralf Rangnick. El subcampeón del mundo no convenció ni brilló. La reputación del máximo favorito, esa máquina ofensiva de alta velocidad que supera a los oponentes, se vio dañada en la fase de grupos. Quizás solo el portero Maignan jugó bien en los tres partidos y casi se convirtió en el salvador en Dortmund si hubiera mantenido los pies quietos un momento más.
El extremo retrasador Robert Lewandowski, sin embargo, tuvo la segunda oportunidad. El jugador de 35 años pudo celebrar a pesar del vergonzoso penalti. Como todos los polacos aquella noche. Mientras que el conjunto de estrellas de Francia abandonaba el césped de Dortmund, no derrotado, pero sí ligeramente aturdido. Tamer Deschmaps se mostró desafiante: “El primer objetivo se ha conseguido. Ahora la competición vuelve a empezar”.
Martín Armbruster, Dortmund