Pecador alarma, aún no se ve el salto de calidad

Pecador, tenemos un problema. La decepción por la eliminación del Internazionali d’Italia es realmente ardiente. Salir así en octavos de final ante un rival que desde luego no es irresistible como el argentino Francisco Cerundolo duele y deja perplejos a propios y aficionados. Se suponía que Roma sería otro trampolín más para nuestro pequeño campeón y él mismo en la víspera estaba poniendo muchas esperanzas en el pequeño Grand Slam italiano. Quería hacer bien a Jannik y llegar hasta el final. Pero esta vez también algo no funcionó correctamente. Es cierto, el chico de Val Pusteria seguirá estando entre los diez mejores jugadores del mundo (y es un buen resultado), pero ahora es legítimo preguntarse cuándo llegará ese bendito salto de calidad que le permitirá ganar, por ejemplo. , un torneo importante como un Masters 1000. Porque, cabe recalcar, Sinner hace tiempo que se despojó del papel de joven promesa para asumir el de un jugador polivalente del que se puede esperar más.

las baterias

El marcador de la temporada, aparte del éxito en el ATP 250 de Montpellier, sólo le dejaba el olfato de éxitos importantes. Perdió las finales de Rotterdam y Miami, quedó en semifinales en Indian Wells y Montecarlo, se retiró en cuartos de final en Barcelona. En resumen, se acerca a su objetivo, pero luego no lo logra. En Roma, entonces, fue aún peor. ¿Qué sucedió? ¿Es un problema físico? También puede serlo, en el sentido de que la estructura corporal de Sinner todavía necesita mucho trabajo. Sucedió verlo salir de un torneo porque las baterías estaban completamente descargadas. Y eso no puede pasar a su edad. Pero ciertamente hay más. El juego ha evolucionado en los últimos meses. Los tiros desde la línea de fondo siguen siendo el guión principal, pero Jannik se ve a sí mismo más en la red e incluso la caída se ha convertido en un recurso al que puede recurrir. Pero eso no es suficiente. Los jóvenes compañeros que forman con él el top ten del ranking mundial tienen un juego de tiros más variado y son capaces de cambiar el esquema táctico de un partido en carrera. Tomemos, por ejemplo, a Holger Rune: a los 20 puede con todo, ya se ha establecido en un 1000 y exhibe una personalidad desbordante. Tomemos a Carlos Alcaraz: claro, él también salió inesperadamente de los internacionales, pero su pedigrí incluye un Grand Slam y cuatro Majors. Y no olvidemos que ya ocupó el asiento número uno del mundo. En definitiva, la sensación es que nuestro buen Jannik sigue rezagado. Hay que pedalear, técnicamente y sobre la cabeza. Ayer en el centro central del Foro Itálico le vimos sin poder reaccionar. Apagado ante un destino que lo arrastraba al abismo. Sí, unos cuantos puños levantados para intentar darse ánimos. Pero necesitas más, especialmente cuando tu cuerpo no te ayuda.



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