La disputa en la Sub 21 parece cosa del pasado, los nerazzurri perdonan al delantero del Bari con un post de reconciliación en Instagram. Queda por ver si habrá consecuencias en la selección
Caso cerrado, al menos entre los directamente implicados. Ha vuelto la calma entre Matteo Ruggeri y Marco Nasti, tras el puñetazo del delantero del Bari al extremo del Atalanta y compañero de la selección sub-21 (y la consiguiente exclusión del grupo de Carmine Nunziata). La paloma de la paz voló en los perfiles de Instagram de ambos: Ruggeri publicó algunas fotos del partido de Bolzano contra Noruega, en el que se vio obligado a jugar con una máscara protectora para proteger su tabique nasal fracturado. Una de las fotos fue compartida citando a Nasti (etiqueta en su perfil) con un claro mensaje de reconciliación: “¡Ahora estoy listo, hermano! Te amo”. Abrazo virtual que acaba con las tensiones entre ambos, que mientras tanto han vuelto a entrenar con sus respectivos clubes.
consecuencias
—
Queda por ver si el mal episodio, ocurrido durante los días de la retirada de Tirrenia, tendrá consecuencias a corto y medio plazo en la carrera italiana de Nasti. Nunziata, hablando de ello en vísperas del partido, elogió el compromiso de Ruggeri con la causa (que quiso permanecer disponible, incluso a costa de sacrificarse jugando enmascarado) y al mismo tiempo definió el del atacante milanés como “un gesto loco”, invitándolo a “darse cuenta de la gravedad del hecho”. Entre Nasti y el entrenador – que le conoce desde la Sub-19 y quiso subrayar que nunca se ha portado mal en el pasado – también hubo una llamada telefónica, unos días después, solicitada por el jugador con la intención de asumir responsabilidades plenas y comprometerse a trabajar en sí mismo. Para evitar volver a resbalar. “Habrá tiempo para evaluar atentamente las cosas – explicó Nunziata – y comprender si existen las condiciones para volver a unirse al grupo”. La reconciliación con Ruggeri tal vez ayude.