No hubo presiones, sino una solicitud de admisión de una delegación de Teherán. La decisión final recayó en el gobierno federal. “Por supuesto que no habría cuestionado una negativa razonada. Sin embargo, nunca se materializó”, afirmó hoy el secretario de Estado Pascal Smet (Vooruit) durante un debate de actualidad en el Parlamento de Bruselas. “Así que la verdadera pregunta es: ¿queremos que Bruselas sea una capital diplomática internacional o no?”, concluyó.
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