Parte del personal del centro de aplicación de Ter Apel dejó de trabajar ayer. Fuentes del centro informan de ello a la diario del norte. La razón es el gran descontento con las multitudes en el centro de registro, lo que genera situaciones angustiosas.
Desde cientos de personas que tienen que dormir a la intemperie hasta peleas y detenciones. Son problemas que el personal del centro de aplicaciones vive de cerca desde hace meses.
Ayer, algunos de los empleados habían tenido suficiente. Dejaron de trabajar en protesta, confirmó la portavoz de COA, Jacqueline Engbers. “Se ha hablado sobre cómo proceder. Se puede llamar a eso un paro laboral”.
Lo que afecta particularmente a los empleados, dice Engbers, es que tienen que rechazar a las personas en la puerta. “Estamos para recibir a la gente, no para dejarla en la puerta. En un momento uno piensa: ¿Empecé a trabajar aquí para COA?”.
La insatisfacción había estado latente durante algún tiempo debido a muchos cambios en la política de asilo y las instalaciones sobrias, dice el portavoz de COA. “Ahora estamos nuevamente bajo la presión de que no podemos acomodar a la gente que llega, desde hace meses. En cierto punto uno se pregunta: ¿para qué lo hago?”.
Los atascos de tráfico frente a la puerta provocan regularmente disturbios que la seguridad apenas puede controlar y para los que la policía suele llegar demasiado tarde. El lunes se produjo una detención tras una pelea en la que se le incautó un cuchillo. Ayer, según los solicitantes de asilo en el campo, se produjo otra detención, esta vez de un marroquí que había entrado ilegalmente en el campo.