El municipio de Emmen ha ordenado a TRH Recycling que retire parte del plástico del lugar. Se trata de 25.000 kilos de los 500.000 kilos que hay en el lugar, según informó el ayuntamiento. La empresa Emmer, especializada en plástico reciclado, quebró el mes pasado y las consecuencias incluyen la venta del resto de sus existencias.
El curador Jan Maarten Pol recibió esta semana una carta del municipio. Las 25 toneladas deberán retirarse a más tardar en un plazo de tres meses. En caso contrario, se impondrán multas de 4.000 euros semanales. “No sé si se podrá quitar todo”, responde Pol.
TRH ya no tiene recursos para el transporte. Además, los permisos han caducado debido a la quiebra. “Es un rompecabezas increíblemente complejo”, afirmó el curador. Mucho depende de otras partes y de la cooperación del municipio.
Pol ahora está buscando partes que quieran comprar las acciones. Según él, ya se han registrado diez empresas. El comisario se sentará con ellos próximamente. Pol aún no puede decir si se producirá una adquisición de toda la empresa. “Demasiado prematuro”, según él.
El objetivo sigue siendo eliminar toda la montaña de plástico. Es difícil estimar si esto se logrará en el plazo indicado, según Pol. “La empresa alquila el edificio a un tercero. Si queda algún resto, me temo que será problema del propietario”.
El curador supone que en el sitio hay más que la cantidad indicada por el municipio. En el informe anterior estimó que ascendería a entre diez y quince millones de kilos.
Según Pol, la quiebra tiene una combinación de causas. La crisis del coronavirus y el Brexit han afectado a la empresa. El interés por el plástico reciclado no es muy grande en los Países Bajos, en parte debido a la competencia internacional.