La mayoría de los finlandeses afirman haber sido objeto de un fraude de pago o un intento de phishing. Así se desprende claramente de la encuesta del OP, cuyos resultados acaban de publicarse.
- La gran mayoría de los finlandeses han sido objeto de una estafa online o de una de sus empresas.
- En la estafa más típica, el delincuente se hace pasar por representante de una entidad confiable.
- La UE está preparando una nueva directiva que se espera alivie el problema.
Alrededor del 70 por ciento de los finlandeses dicen haber reconocido una estafa de pago o un intento de cometerlo. Los estafadores normalmente se han puesto en contacto con ellos por correo electrónico, y aproximadamente la mitad de los finlandeses han recibido un correo electrónico de un estafador.
Los siguientes métodos más comunes de trampa son los mensajes de texto, acercarse a través de las redes sociales y llamar. Una de cada cuatro personas que respondió a la encuesta afirma haber encontrado phishing por teléfono.
Los mayores son los más preocupados
Según la encuesta, la preocupación por las estafas se centra en los grupos de mayor edad. El 56 por ciento de todos los encuestados están muy o bastante preocupados por ser blanco de delincuentes. Para las personas mayores de 65 años, la proporción es del 65 por ciento.
Además, las personas mayores son el único grupo de edad entre los encuestados que está más preocupado por ellos mismos que por sus seres queridos por ser engañados.
Esta es la estafa más típica.
Jefe de Control de Abuso sirena kim OP afirma en el comunicado de prensa que combatir el fraude es un desafío común para todos los operadores.
– Por ejemplo, los actores que ofrecen servicios de correo electrónico reenvían mensajes de phishing, los motores de búsqueda ofrecen sitios fraudulentos a quienes buscan información y las plataformas de redes sociales permiten a los delincuentes comercializar oportunidades de inversión inexistentes en sus servicios, afirma Sirén.
En el caso más típico, el delincuente se hace pasar por una autoridad o representante de otra entidad confiable. Estas estafas suelen tener como objetivo a un gran número de personas a la vez y los delincuentes dependen de que alguien muerda el anzuelo. El 61 por ciento de todas las víctimas de fraude se han topado con intentos de phishing de este tipo.
Sólo alrededor del ocho por ciento de los finlandeses que han sido estafados han encontrado intentos de estafa más sutiles, como pretender estar cerca de la víctima.
1.100 finlandeses mayores de 18 años respondieron al panel online realizado por Taloustikkusma. Se ha hecho hincapié en que el material corresponde a la población de Finlandia según edad, sexo y zona de residencia.
¿A qué apuntan las estafas?
Según el OP, el crimen organizado está detrás del crecimiento de las estafas de pagos y el phishing, y el dinero de las estafas en línea se utiliza a menudo para financiar otras actividades delictivas. De esta forma, el delito de estafa también se refleja en fenómenos leves en el resto de la sociedad.
– Los delitos de fraude favorecen el crecimiento de los delitos de pandillas, porque los fondos obtenidos mediante el fraude también se utilizan para la compra de herramientas para cometer delitos, como armas de fuego y el equipo necesario para cometer delitos digitales, precisa.
En Finlandia, según la encuesta de OP, la preocupación por las estafas se centra en los grupos de mayor edad. El 56 por ciento de los encuestados dijeron que están muy o bastante preocupados por ser objeto de una estafa de pago o phishing, mientras que la proporción de personas mayores de 65 años llega al 65 por ciento. Las personas mayores también son el único grupo de edad que está más preocupado por sí mismos que por sus seres queridos por no ser víctimas de estafas.
La UE prepara ayuda
OP afirma en su anuncio que el aumento del número de diversas estafas en línea también se ha notado en la Unión Europea. La UE está preparando actualmente una directiva que facilitaría la lucha contra el fraude.
El verano pasado, la Comisión Europea publicó propuestas para la tercera directiva sobre servicios de pago y el nuevo reglamento sobre servicios de pago. Permitirían, entre otras cosas, un intercambio de información más fluido entre bancos en casos relacionados con pagos fraudulentos.