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Las historias que importan sobre el dinero y la política en la carrera por la Casa Blanca
El nuevo presidente de Panamá se ha comprometido a detener la inmigración ilegal a través del famoso Tapón del Darién y a trabajar con el gobierno de Estados Unidos en su intento de limitar las llegadas a su frontera sur antes de sus elecciones presidenciales.
José Raúl Mulino, el líder derechista que ganó las elecciones de mayo, dijo en su discurso inaugural el lunes que el país ya no podía pagar los costos económicos y sociales asociados con la migración.
“Panamá ya no será un país de tránsito para ilegales”, dijo, añadiendo que los migrantes estaban siendo organizados por “grupos internacionales relacionados con el narcotráfico y el tráfico de personas”.
El año pasado más de medio millón de personas Cruzaron el Tapón del Darién, que se extiende hasta Colombia, mientras las crisis económicas y políticas en América Latina empujaban a la gente a abandonar sus países de origen, como Venezuela. Después de dejar la selva, la mayoría de los migrantes cruzan el istmo de Panamá en autobuses en su viaje hacia los EE. UU.
En los últimos cinco años, la peligrosa ruta del Darién pasó de ser un paso transitado por un pequeño grupo de migrantes a una autopista migratoria global dirigida por contrabandistas cada vez más profesionales. Decenas de miles de niños cruzan sus pantanos y ríos, a veces solos, y los migrantes denuncian violaciones, asesinatos y accidentes en la ruta.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ha estado presionando a los gobiernos de toda la región para que tomen medidas enérgicas contra el movimiento ilegal mientras busca la reelección en noviembre, y los republicanos lo han criticado por no abordar el aumento de las entradas. México ha estado deteniendo a los migrantes y transportándolos en autobús al sur del país, lo que ha ayudado a mantener bajo el número de cruces ilegales, al menos temporalmente.
Todavía no estaba claro exactamente cómo y si Panamá podría cerrar el Darién, con más de 1.000 personas llegando cada día.
El viernes, Mulino visitó un campamento de migrantes en el borde de la selva. Su ministro de seguridad dijo que el gobierno estaba considerando erigir nuevos puestos de control donde se detendría a los inmigrantes ilegales y que se cerrarían los caminos a través de la selva.
El aumento de la vigilancia migratoria en el lado panameño podría crear un gran problema para el presidente colombiano Gustavo Petro, que ha dejado la ruta prácticamente sin vigilancia. Mulino se reunió con Petro antes de su discurso del lunes y los dos líderes acordaron reunirse con Estados Unidos para discutir el tema.
Mulino ganó la presidencia de Panamá después de que el popular ex presidente Ricardo Martinelli fuera excluido de las urnas por una condena por lavado de dinero. El candidato enfrenta una serie de desafíos urgentes, entre ellos una marcada desaceleración del crecimiento, finanzas públicas débiles y la necesidad de una nueva fuente de agua para el canal del país.
En su discurso del lunes, Mulino dijo que ordenaría un estudio ambiental de una gran mina que el país cerró abruptamente el año pasado y que emprendería una reforma de la seguridad social para evitar el colapso del sistema, que se pronostica en menos de un año.
“Lo haremos por consenso o por una decisión fuerte de este presidente, pero lo haremos”, afirmó.
Biden dijo en una declaración el lunes que esperaba “continuar nuestra sólida asociación bilateral mientras trabajamos juntos para promover la buena gobernanza, impulsar el crecimiento económico inclusivo y abordar la migración irregular”.