Osimhen comete errores, García más: sustituciones lógicas, ahora puede pasar cualquier cosa

El Inter vuela, Dimarco marca un gol de cuento de hadas. Osimhen y Kvara dos sustituciones con poca lógica. Zapata-Lukaku en la cima

Stefano Agresti

El estupendo zurdazo de Dimarco, pequeña obra maestra necesaria para que el Inter venciera al único equipo de la Serie A que siempre ha perdido y nunca ha marcado, el Empoli; El terrible penalti de Osimhen, que arruinó las posibilidades de éxito del Napoli en Bolonia, y sobre todo su sensacional arrebato contra García en el momento de la sustitución; el apasionante duelo de fondo entre Zapata y Lukaku, un enfrentamiento entre grandes delanteros centro que han marcado el Torino-Roma y cuyos acontecimientos del verano se entrelazaron curiosamente en el mercado de fichajes. Estas son las imágenes de portada que nos entregaron el domingo del campeonato, después del sábado del relanzamiento del AC Milan y del colapso de la Juventus.

Imagen número uno: Dimarco. El Inter está cansado, incapaz de romper el punto muerto en el partido del Empoli, que acaba de sacar siete goles de la Roma y ha cambiado de entrenador, hasta el punto de que un poco de nerviosismo, casi ansiedad, surge entre los nerazzurri: ¿quieres ver eso? ¿Realmente tenemos problemas para vencer a equipos pequeños? El aficionado convertido en futbolista se encarga de quitar el miedo, la forma en que golpea la pelota es extraordinaria, el ángulo en el que la coloca es increíble. Inzaghi se va volando, huye, se une a tres entrenadores que ganaron sus primeros cinco partidos de campeonato al frente del Inter: Herrera, Mancini, Conte. Ninguno de ellos ganó el campeonato esa misma temporada, pero la historia estaba para cambiar. Hay un episodio negativo en el domingo del Inter: la lesión de Arnautovic. Viendo su reacción al notar el problema muscular, se puede suponer que su ausencia no fue corta. Inzaghi pierde al potente delantero centro que quería a toda costa, aunque el austriaco no fuera el primer nombre en la lista de deseos, pero sobre todo el ataque del Inter se vuelve pobre en términos numéricos. En la delantera quedan tres: Lautaro, Thuram, Sánchez. Pocas para un equipo que tiene que jugar cada tres días: si no hay hombres, se necesitan ideas.

Imagen número dos: Osimhen. Nunca es agradable que un jugador sustituido discrepe públicamente de su entrenador, peor aún si son dos (Kvaratskhelia ya está en el segundo episodio de la disputa). Pero si los mejores jugadores del equipo reaccionan de la misma manera hacia quienes los dirigen desde el banquillo, significa que algo no funciona allí, y esto independientemente del juicio que cada uno tenga sobre las elecciones de García. Sobre lo cual nuestra idea es clara: sin perjuicio de la legitimidad del entrenador para decidir como quiera, es incomprensible el motivo que le empuja a sacar a sus mejores goleadores cuando busca desesperadamente el gol. ¿Cuál es la justificación técnica de estas sustituciones? No encontramos rastro de ello. ¿O quizás García simplemente quería demostrar que está a cargo del Napoli? Sería un doble error, porque de este modo se mezclarían las disputas internas con las decisiones de entrenamiento, en un popurrí que correría el riesgo de poner en duda la posición del propio entrenador en el vestuario y – a la larga – también en su relaciones con el club. Desde este punto de vista, no os dejéis engañar por el mensaje positivo de De Laurentiis: en un momento como éste, es el único posible.

Imagen número tres (doble): Lukaku y Zapata. De la serie: los grandes centrodelanteros, cuando los hay, hay que dejarlos en el campo (¿verdad García?). Fueron ellos, Romelu y Duvan, los que firmaron el mano a mano entre Turín y Roma, un partido de gran intensidad, que ambos equipos intentaron ganar hasta el último momento. Las historias de Lukaku y Zapata se repitieron durante el verano: si los giallorossi hubieran conseguido atrapar al colombiano, no habrían atacado al belga. El Club Granata logró cerrar la fallida operación del director general de la Roma, Pinto, y Juric se beneficia enormemente de la presencia de un delantero tan fuerte. Aunque -hay que decirlo- el uso de los dos delanteros centrales por parte de sus respectivos entrenadores es diferente: Mourinho confía todo su juego, o casi, en Lukaku, el balón va a Romelu y ya veremos qué pasa; En Turín, Zapata se integra en un equipo que trabaja independientemente y para el que representa un valor añadido, no el único punto de referencia.





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