El gobierno holandés debe comprometerse a abordar la “sociedad del descarte”, además de las iniciativas existentes para hacer la economía más sostenible. El Consejo de Medio Ambiente e Infraestructura (Rli), órgano asesor del gobierno, informa esto un reportaje publicado sobre el ‘Viernes Negro’. Sin esa intervención, los objetivos de sostenibilidad desaparecerán de la vista, según el Rli.
El consejo señala que cada año se fabrican aproximadamente cien mil millones de prendas de vestir en todo el mundo: 12,5 prendas por cada ciudadano del mundo. La mayor parte acabó en el vertedero o en la incineradora al cabo de un año. Las ventas de ropa han aumentado un 60 por ciento en quince años y la industria de la confección es ahora la más contaminante del mundo después de la industria petrolera, responsable de alrededor del 10 por ciento de las emisiones globales de CO₂.
Producción más sostenible y más reparaciones
Para muchos consumidores, la ropa se ha convertido en un producto desechable, afirma el consejo. Se centra no sólo en la industria de la confección, sino también en muebles, electrodomésticos y productos electrónicos no sostenibles con una vida útil corta. El consejo aconseja al gobierno holandés que aplique procesos de producción sostenibles y se centre más en la reparación y la reutilización.
“En nuestro consejo sostenemos que la transición hacia una economía circular y sostenible no tendrá éxito si no eliminamos gradualmente la sociedad del descarte existente”, escribe Rli. “Los productos sostenibles y circulares simplemente no pueden competir con los productos desechables”. Según el Consejo, la sociedad del descarte conlleva una mayor presión y un desperdicio de materias primas, así como malas condiciones laborales debido a la deslocalización de la producción a países con salarios bajos. “Aunque el impacto por producto disminuye debido a una mayor eficiencia ambiental, estas ganancias se ven compensadas por un consumo creciente”, afirma el consejo.
Este viernes los comercios ofrecen promociones de descuentos en el ‘Black Friday’, que ha llegado desde Estados Unidos, aunque la mayoría de comercios reparten sus descuentos en una o más semanas.