Orcas vuelven a hundir barco en el Estrecho de Gibraltar: el cuarto naufragio en dos años

La semana pasada el yate Grazie Mamma II navegó por las costas del mar Mediterráneo, hasta que las cosas se torcieron por completo en el Estrecho de Gibraltar frente a las costas de Marruecos. Allí el barco chocó con un grupo de orcas, que golpearon el timón del barco durante 45 minutos. Finalmente se desarrolló una fuga.

La tripulación logró ponerse a salvo, pero a pesar de los intentos de la guardia costera marroquí, el barco se hundió cerca del puerto de Tánger.

Este no es un caso aislado. Los investigadores han observado que desde 2020, las orcas buscan cada vez más el enfrentamiento con los barcos que navegan frente a las costas de España, Portugal y Marruecos. A consecuencia de ello, en los últimos dos años también se han hundido cuatro barcos.

Este comportamiento aún no se puede explicar, pero según los biólogos marinos no se trata de un «ataque». Se inclinan más por la hipótesis de que algunas orcas jóvenes lo iniciaron como un juego, y que la ‘moda’ se ha extendido entre la población de orcas del Estrecho de Gibraltar.

Aunque no se sabe que los depredadores sean hostiles a los humanos, sí hacen la vida bastante difícil a los capitanes en las aguas de España, Marruecos y Portugal. El miedo está ahí y ahora se dan consejos sobre cómo cruzar de forma segura el territorio de las orcas. Esto dice Greg Blackbrun, patrón de Gibraltar Los New York Times. Recientemente se sintió “realmente enfermo durante tres horas” porque “miraba constantemente al horizonte para ver si aparecía una aleta” mientras navegaba.

Las orcas son una especie en peligro de extinción, por lo que las asociaciones de vida silvestre y los clubes de caza están trabajando juntos para evitar nuevas escaladas. Mientras tanto, se han desarrollado protocolos de seguridad para los patrones, a quienes también se les ha recomendado que informen de cualquier avistamiento o interacción en una plataforma digital y que se mantengan lo más alejados posible de aguas profundas. “El viaje puede durar un poco más”, afirma Bruno Diáz López, del Instituto Español de Investigación sobre Delfines Mulares, “pero vale la pena”.



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