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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se reunirá con Donald Trump en Mar-a-Lago el viernes, en una rara señal de apoyo de un líder de la UE al favorito republicano.
El líder húngaro representa una figura solitaria en la UE, ya que apoya abiertamente a Trump, un escéptico de las alianzas transatlánticas de Estados Unidos, para un segundo mandato en la Casa Blanca. La opinión predominante en el resto del bloque es que Trump sería impredecible y difícil de tratar y aumentaría los riesgos de seguridad en Europa si obligara a Ucrania a un alto el fuego con Rusia en los términos de Moscú.
“La única posibilidad seria de paz ahora es si él puede regresar; esa es mi única esperanza”, dijo Orbán sobre Trump la semana pasada. “De lo contrario, la guerra entre Ucrania y Rusia será larga, se acercará cada vez más a Hungría y creará dilemas cada vez más fuertes para la política europea”.
Las opiniones contrarias de Orbán han retrasado las sanciones de la UE contra la adhesión de Rusia, Finlandia y Suecia a la OTAN y, más recientemente, un paquete de ayuda de 50.000 millones de euros para Ucrania. También rompió filas con los aliados occidentales el año pasado cuando se reunió con Vladimir Putin después de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de arresto contra el presidente ruso por crímenes de guerra en Ucrania.
El primer ministro húngaro ha tenido relaciones tensas con administraciones demócratas, incluida la del presidente Joe Biden, cuyos funcionarios criticaron a Orbán por su erosión de los estándares democráticos en Hungría y dijeron que su conducta más reciente representaba un riesgo directo para los intereses de seguridad de Estados Unidos en Europa.
Orbán ha rechazado las acusaciones y ha dicho que él no es el “caballo de Troya” de Putin en Europa.
Trump ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania “en un día” y amenazó a los miembros de la OTAN que no cumplan con los objetivos de gasto de defensa de la alianza con permitir a los rusos “hacer lo que quieran” con ellos.
El expresidente estadounidense se ha reunido con Orbán en múltiples ocasiones y el líder húngaro también ha sido invitado a eventos republicanos.
“Víctor Orbán[is]”Un gran líder, un hombre muy fuerte”, dijo Trump en un acto de campaña en New Hampshire a principios de este año. “A algunas personas no les agrada porque es demasiado fuerte. Es bueno tener un hombre fuerte dirigiendo tu país”.
El embajador de Estados Unidos en Hungría, David Pressman, dijo que era lamentable que Orbán decidiera dialogar con Estados Unidos de forma partidista.
El primer ministro húngaro identificó al actual gobierno estadounidense como uno de sus principales “adversarios” de Hungría y acusó a la administración Biden de “intentar ‘derrotarlo’ o derrocarlo”, dijo Pressman al Financial Times. “Todas estas son declaraciones muy preocupantes”.
El embajador dijo que estaba claro que la estrategia de Budapest era “esperar a que termine la actual administración”.
“No es una política exterior. Es una fantasía extranjera”, dijo Pressman. “Hungría debería tener una relación bilateral con los Estados Unidos de América, no con una parte particular de los Estados Unidos de América”.