La actividad formativa incluyó una parte de docencia teórica que abarcó desde conocimientos generales relativos a las redes de fibra óptica hasta conocimientos preparatorios para la «realización de operaciones de construcción y prueba de infraestructuras, operación y mantenimiento de la red de transporte y acceso de Fibra Abierta». A esto siguió también una parte de formación práctica en laboratorio mediante ejercicios simulados con equipos específicos en trabajos especialmente delicados que implicaban la unión e instalación de los sistemas.
En una fase posterior, y tras lo que se definió como un nuevo cribado, se identificó a 3 presos que fueron contratados por el consorcio Open Fiber Network Solution con un contrato TLC y empleados en las obras de Monterotondo (Roma) durante aproximadamente 6 meses.
«El proyecto se llevó a cabo gracias al compromiso y a la capacidad de crear sinergias de todos los actores implicados y a la fuerte implicación de los niños que, a pesar de estar en prisión – continúa la directora Roberta Chirichilli – pudieron recibir una formación técnica gracias a la cual pudieron tendrá una segunda oportunidad de encontrar trabajo en un sector, el de las telecomunicaciones, que también sufre una fuerte escasez de mano de obra”.
Cifras especialmente buscadas por el mercado laboral, como subraya Chirichilli. «Me refiero a ensambladores, instaladores de fibra óptica pero también a jefes de obra, figuras necesarias para el desarrollo de infraestructuras de fibra óptica para las que, según estimaciones del sector, faltan alrededor de 10 mil trabajadores – continúa -. El valor social y el compromiso con la formación, en el marco de una visión de país que apunta a una verdadera transformación digital, son dos pilares del trabajo de Open Fiber.”
Luego está la perspectiva, porque los objetivos del proyecto no terminan con el final de la formación o cuando expira el contrato de los presos. Las habilidades adquiridas pueden utilizarse y gastarse incluso una vez cumplida la condena y traspasada la puerta de la prisión. La actividad, además de “garantizar la presencia de trabajadores adecuadamente formados”, tiene como objetivo proporcionar “a los presos e internos una oportunidad laboral remunerada, así como la posibilidad de aprender un oficio que tendrá una gran demanda en los próximos años”. “.