Los Juegos de París se inauguran oficialmente el viernes. Pero ya el miércoles se produjeron escenas que pasarán a la historia.
Cuando la selección marroquí de fútbol venció a Argentina por 2-1 en Saint-Étienne, el partido se reanudó tras una pausa de casi dos horas. Un supuesto empate argentino para poner el 2-2 en el minuto 16 del tiempo añadido tuvo que ser controlado, y en realidad fue anulado después de una interrupción de casi dos horas debido a una posición de fuera de juego (puedes leer más sobre estos absurdos acontecimientos aquí).
Los Juegos Olímpicos de 2024 en París tienen su primer escándalo, y eso incluso antes de que el gran evento se haya inaugurado oficialmente.
La larga interrupción se produjo porque los aficionados irrumpieron en el campo y lanzaron fuegos artificiales. El árbitro Glenn Nyberg no tuvo más remedio que detener el partido e invitar a los jugadores de ambos equipos al vestuario. Poco después se pidió a los aficionados que abandonaran el estadio. Los últimos minutos tras el descanso tuvieron que transcurrir alrededor de las 19.00 horas con un telón de fondo fantasmagórico.
¿Pero por qué el juego tuvo que ser interrumpido durante tanto tiempo y no pudo continuar después de unos minutos? Al parecer la situación de seguridad no permitió que el juego continuara rápidamente. Ya es una vergüenza para el COI, responsable del máximo caos. Los eventos aquí deben procesarse lo más rápido posible. Porque no se debe permitir que escenas así se repitan en las próximas dos semanas y media.
El tiempo de detención inicialmente previsto de 15 minutos también provocó total incomprensión entre los observadores. Los aficionados marroquíes sospechaban con razón que se trataba de una conspiración y pueden considerarse afortunados de que, desde su punto de vista, se pudiera evitar la catástrofe y anular el empate argentino.
Pero quizá eso haya sido lo único positivo de esta absurda primera jornada olímpica. La decisión final de anular el gol por posición de fuera de juego fue correcta. Sin embargo, este juego quedará para siempre en la historia olímpica.