Por Michael Sauerbier
En cualquier caso, la canciller no tiene miedo a volar. Olaf Scholz (64, SPD) voló en el helicóptero del gobierno el miércoles por la tarde para la inauguración del ILA Air Show. E inspeccionó casi todos los aviones militares. El vicecanciller Robert Habeck (52, Verdes) hizo lo contrario.
Un Airbus A400M militar realizaba maniobras a baja altura mientras Scholz miraba la enorme bodega de carga de un ejemplo estacionado. Y luego el arsenal actual y futuro de la Luftwaffe: Eurofighter, Eurodrone, helicóptero NH90.
Hostias radiantes por todas partes: la cartera del canciller vale 100.000 millones de euros. Un tercio se gasta en el cazabombardero estadounidense F-35 con capacidad nuclear. El piloto Alberto Bosi de la Fuerza Aérea Scholz de Italia describió con entusiasmo la sensación de volar.
El mensaje del Canciller: “Seguridad y sostenibilidad.” Además de propulsores y combustibles alternativos, Scholz anunció el desarrollo de un avión de combate europeo de “próxima generación”.
Habeck evitó el espectáculo militar. El Ministro de Economía Verde echó un vistazo a los jets y aviones libres de CO2 de MTU y Airbus.
Habeck: “Un tema importante eclipsa a todos los demás: hacer que el tráfico aéreo sea climáticamente neutral. El aumento debería ocurrir en la década de 1930”.