Öko-Test compró 14 productos y analizó las pepitas en el laboratorio para detectar contaminantes grasos (3-MCPD y ésteres de ácidos grasos de glicidol), clorato y perclorato, componentes de aceite mineral, residuos de medicamentos veterinarios y gérmenes patógenos e incluso resistentes a los antibióticos. Además, se analizó el tipo de carne procesada y la proporción de empanado a carne.
Los evaluadores de Öko-Test utilizaron el envase para registrar los aditivos de aroma y fosfato, el contenido de sal y la información nutricional y de porciones. En el caso de las cadenas de comida rápida, la información se obtuvo a través de los sitios web y consultas a los fabricantes.
Se ha comprobado en laboratorio el contenido en sal y grasa, y si no hay declaración, también se ha analizado el aroma. Expertos sensoriales capacitados evaluaron la apariencia, la consistencia, el olor y el sabor de las pepitas. Los productos congelados se prepararon en la sartén de acuerdo con las instrucciones, las pepitas se compraron localmente a los proveedores de comida rápida y se llevaron a los mismos laboratorios para su degustación.
En cooperación con el Instituto de Investigación para la Agricultura Orgánica (FiBL), se crearon y enviaron cuestionarios completos sobre bienestar animal y transparencia a las empresas que fabricaron los productos probados. Los probadores tenían las respuestas respaldadas con evidencia.