La pregunta es si el presidente francés se ha beneficiado injustamente de los servicios de McKinsey y viceversa. Las investigaciones sobre los impuestos de McKinsey en Francia han estado en curso desde la primavera, vinculadas a posibles rumores en torno a las cuentas bancarias de la campaña y acusaciones de favoritismo. Durante el primer mandato de Macron como presidente, se duplicó la cantidad que el gobierno gasta en empresas de consultoría.
El Ministerio de Justicia está investigando si McKinsey ha obtenido una ventaja en la adjudicación de trabajos de consultoría y si todas las asignaciones se han especificado correctamente. En Francia, hay un tope en los costos de las campañas electorales, para dar una oportunidad también a los extranjeros. Macron y la consultora dicen que no han hecho nada malo y están cooperando plenamente con la investigación.
Varios políticos franceses han sido condenados a lo largo de los años por gastos excesivos o por intentar encubrir gastos de campaña. Entre ellos se encuentra el difunto expresidente Jacques Chirac. Nicolas Sarkozy, también expresidente de derecha, fue condenado el año pasado a un año de prisión por financiar ilegalmente su candidatura a la reelección de 2012.