Ocho toques, 12 segundos y 84 metros de bola y cadena: el nuevo de costa a costa de Theo

Hernández repite la magia del año pasado con el Atalanta y Pioli encuentra un arma fundamental de cara al primer Euroderby. La caricia de Leao: «Si no lo cuido yo, me lo cuidas tú hermano»

“Si no lo cuido yo, lo cuidas tú por mí hermano”. A primera vista, esta historia de Instagram publicada por Leao y dedicada a Hernández parece siniestra. Podría parecer una suerte de llamamiento a la vista del miércoles por parte de quienes tienen varias dudas sobre su presencia. En fin, es ahí, siempre es ahí donde va la mente del pueblo rossoneri, hay poco que hacer. Luego, sin embargo, basta con leerlo de nuevo por un momento con mayor claridad y todo, quizás, parece más claro: es una dedicatoria muy probablemente limitada a la victoria sobre la Lazio.

Peligro

En cualquier caso, si por desgracia Rafa no llega a la primera vuelta con el Inter, esta frase seguirá siendo absolutamente válida. Eso sí: sin Leao, la banda izquierda estaría encomendada sobre todo a Theo, que ha empezado a sumar octanaje a la gasolina, como demostró con el acelerado triunfo ante los biancocelesti. Son sus objetivos. Y no porque a menudo marque así, sino porque son los que mejor le representan. Goles poderosos. Goles descarados. Con oponentes que saben cuándo comienza a correr pero no si podrán detenerlo. En ese sentido, digamos que le ayudó la actitud de la Lazio, porque el francés recorrió todo el campo sin ser molestado. Y, futbolísticamente hablando, es una blasfemia. Sólo Milinkovic esbozó, sin convicción, media carrera, para luego dejarlo egoístamente en manos de sus compañeros. El problema es que los compañeros ignoraron el peligro. Y así Theo ha vuelto a gestionar el de costa a costa, esa cosa trepidante en la que la gente del estadio empieza a levantarse -metro a metro- de sus asientos, para contener la respiración el tiempo necesario -doce segundos en este caso-. – y se pusieron las manos en el cabello – con asombro – cuando se cumplió el prodigio.

Lucidez

El pilar sigue siendo la magia de la temporada pasada con el Atalanta (en ese caso el coeficiente de dificultad fue más difícil y Theo se deshizo de goles más consistentes), con el que hay algunos puntos en común. El punto de partida: justo fuera de la esquina izquierda de su área. El número de segundos entre el primer toque y el tiro ganador: doce incluso hace un año. Piénsalo, son pocos los que van de un lado a otro del campo con el balón en los pies y llegando frente al portero contrario con la lucidez necesaria para montar un tiro ininterceptable. Entre los dos Eurogoles -palabra antigua en el diccionario futbolístico, pero quizás de buen augurio dado el programa de la próxima semana- la diferencia está en el número de toques: contra el Atalanta fueron once, esta vez con ocho fue suficiente. Para recorrer exactamente 84,65 metros.

Alta velocidad

Theo ha vuelto a viajar en Alta Velocidad y esto, independientemente de la suerte médica de Leao, es una de las mejores noticias posibles porque nos quedamos pegados a la fealdad vista con el Cremonese. O mejor dicho, no feo: ausencia total. Una actuación fantasma que había generado perplejidades legítimas, ahora barrida. Theo se ha puesto a apretar de nuevo, y lo hace con esa melena rosa que hace sonreír a Giroud y hace pensar a sus contrincantes que el francés es un personaje irreverente. Aquí, digamos que Theo en este sentido no es un jugador particularmente querido por los jugadores de enfrente, como dicen los precedentes con Dumfries y Di Lorenzo, por ejemplo. La afición del Napoli lo había puesto fuertemente en la mira, invadiendo las miserias incluso dirigidas al pequeño Theo Junior, pero para él, enfrentarse a los rivales y su forma de interpretar el fútbol es parte de su esencia. Habla poco, en público, pero cuando lo hace llueven titulares. Hernández es quien no descarta ganar el Balón de Oro, así como el Milán la Champions -declaraciones previas a los cuartos de final con el Napoli- y lo dice mirándote como si fueran los más banales y normales. palabras en el mundo. Pero también es el que renovó primero, entre los nombres pesados ​​en juego a lo largo de esta temporada. Es por todas estas razones que el pueblo Rossoneri lo adora.



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