Un extraño hongo zombi que se come a las moscas desde adentro antes de tomar control de sus cerebros puede haber infectado a la mayoría de las moscas de su hogar.
Una vez que mata a su huésped, el hongo, llamado Entomophthora muscae, atrae a moscas sanas para que tengan relaciones necrófilas con él y así el hongo pueda propagarse.
Los investigadores que trabajan en colaboración con la Universidad de Copenhague están tratando de descubrir cómo exactamente el hongo puede manipular el comportamiento de las moscas.
Aunque también han descrito varias formas de saber si el hongo se está propagando entre las moscas de su casa.
“Las investigaciones han demostrado que entre el 60 y el 80 por ciento de las moscas que vuelan en una habitación o en un establo pueden estar infectadas con este hongo”, dijo en un comunicado el profesor asociado Henrik De Fine Licht, de la Universidad de Copenhague.
“Las moscas zombis se encuentran generalmente cuando uno se encuentra con una mosca muerta sentada en una ventana rodeada de un anillo blanco de esporas”.
A diferencia del Cordyceps, otro tipo de hongo zombi que puede infectar a las hormigas y arañas, Entomophthora muscae sólo puede infectar a las moscas domésticas y a las moscas de la fruta.
Centrándose en la subespecie que infecta a la mosca de la fruta, los investigadores han reconstruido la secuencia del genoma del hongo: su composición genética.
Creen que, en el futuro, el hongo podría resultar un eficaz repelente de insectos y la base para nuevos fármacos psicotrópicos en humanos.
“El genoma es un catálogo de todos los genes que se encuentran en el hongo, que nos dice algo sobre las capacidades del organismo”, añadió De Fine Licht.
“Un catálogo de este tipo puede ayudarnos a observar mejor qué genes están activos en el cerebro de una mosca en el momento en que el hongo la transforma en un estado similar al de un zombi.
“Y de esta manera esperamos entender cómo puede hacer algo tan salvaje”.
‘Disparando esporas de hongos’
El vídeo de arriba muestra una mosca infectada con un hongo que crece de adentro hacia afuera y se expande casi como palomitas de maíz durante un período de 24 horas.
Se alimenta de los nutrientes del interior de la mosca y, cuando éstos se agotan, toma el control del cerebro para hacer que la mosca se adhiera a una planta o ventana, lo más alto posible.
En este punto, casi todo el cuerpo está formado por masa fúngica y, finalmente, todos los procesos normales de la mosca se detienen.
Henrik De Fine Licht
“En este punto, casi todo el cuerpo está formado por masa fúngica y, finalmente, todos los procesos normales de la mosca se detienen”, explicó De Fine Licht.
“En el transcurso de unas pocas horas, el hongo comienza a expulsar esporas de hongos desde la parte posterior del cuerpo de la mosca.
En el proceso, también secreta fragancias químicas que atraen a las moscas sanas.
“Una vez cerca, intentan aparearse con las moscas muertas, lo que permite que las esporas crezcan en la mosca sana y repitan el proceso”.
La manipulación del comportamiento comienza al anochecer, lo que los investigadores creen que se debe a que la humedad es mayor durante la noche.
Es un mejor momento para liberar las esporas infecciosas que tienden a secarse cuando el aire es más húmedo, dijo la autora conjunta del estudio, Carolyn Elya, de la Universidad de Harvard.
Añadió: “Ahora sabemos que el hongo tiene genes que codifican proteínas sensibles a la luz.
Sospechamos que, al igual que en otros organismos, el hongo podría estar usando señales luminosas para saber la hora.
“Por lo tanto, creemos que esta es una pista importante sobre el mecanismo que subyace al momento en que se produce la manipulación del comportamiento”.
El genoma también muestra que el hongo tiene copias de enzimas que descomponen las duras capas de quitina de los insectos, lo que, si bien “no es sorprendente”, no se ha verificado hasta ahora, según Elya.