Y ¿Y si el asombro fuera una cura? ¿Una terapia para cuerpos agobiados por el cansancio, para mentes desmoronadas por la ansiedad? Nuevos estudios se están enfocando en una emoción que había escapado al radar de la investigación y ahora se conoce como una manera de sacudir vidas desgastadas por la banalidad y los males mezquinos del estrés.
En Estados Unidos es controvertido asombro, asombro precisamente, el nuevo ensayo de la psicóloga dacher keltnerconferencista en Berkeley, California, y consultor de esa joya de Pixar que es el cine de animación De adentro hacia afuera. Cultivar el asombro, explica el autor, conduce a la esencia de la naturaleza humana. Ya lo dijeron los filósofos griegos. Al comienzo de la Metafísica, Aristóteles retoma una reflexión de Platón: “Los hombres, tanto en nuestro tiempo como en los comienzos, se han dado a la idea de filosofar desde el asombro”. El asombro, thauma, es el acto que da lugar al conocimiento. Keltner va más allá.
En su libro escribe que el asombro es tan fundamental para nosotros como la alegría y el amor. Los resultados de sus investigaciones sugieren que infunde calma y desencadena la liberación de oxitocina, la llamada hormona del bienestar. Incluso puede fortalecer indirectamente el sistema inmunológico.
La ciencia de la maravilla
No es fácil medir la mezcla de percepciones que nos invaden cuando vemos una puesta de sol, cuando un niño da sus primeros pasos o frente a la Capilla Sixtina. Tampoco es para poner en palabras la efervescencia que se desata en su interior al presenciar un eclipse total de sol o contemplar el espectáculo de fuegos artificiales.
Hasta hace unos diez años no había ninguna ciencia que intentara comprender las raíces del estado de ánimo a nivel biológico. Qué es el asombro, uno se pregunta, cuál es su encanto. «Es la sensación de estar en presencia de algo vasto que trasciende nuestra comprensión del mundo.» respondió Keltner al. New York Times. “Pero es accesible para todos y puede ser parte de la vida cotidiana”. Uno debe entrenarse para experimentar este aliento universal. no solo buscando lo inesperado sino también mirando el espectáculo que nos ofrece nuestro planeta en el florecimiento de un capullo y en el amanecer, en la sonrisa de nuestros hijos y en las caricias de una madre.
Una emoción básica
En 1972, se identificaron seis emociones básicasque inducen la reacción del cerebro ante un estímulo e implican respuestas fisiológicas como la alteración del latido del corazón y una determinada expresión facial: son alegría, miedo, tristeza, disgusto, sorpresa e ira. Falta el asombro, señala Keltner, “una cosa aparte” de las demás, tanto que la misma expresión facial es diferente. “Wow” es la voz onomatopéyica de los cómics para interpretarlo. Según la psicóloga, parte de sus beneficios se explica porque activa el nervio vago, lo que ralentiza el ritmo cardíaco, relaja la respiración y puede inducir el buen humor.
El nervio vago se activa
Un paréntesis es imprescindible. En los últimos años, el nervio vago se ha convertido en objeto de culto, especialmente en las redes sociales: sus fibras, que van desde el cerebro hasta el vientre, se han consagrado como la clave para proporcionar relajación. En TikTok, con el hashtag #nervio vago se anuncian a sí mismos como una buena estimulación que va desde inmersiones faciales en agua helada hasta masajes en los oídos.
Es cierto que algunos estudios han probado posibles efectos en el tratamiento de la depresión, pero las teorías necesitan ser exploradas y no hay evidencia científica sobre aplicaciones para estimular el nervio craneal. Mejor maravilla, que al parecer funciona como un estímulo natural del vago.
Infunde calma
El asombro también parece actuar en otro frente, como muestra una investigación japonesa (publicada en emoción), que utilizó resonancia magnética funcional en voluntarios: desactiva ciertas áreas del lóbulo temporal izquierdo, la parte de la corteza involucrada en cómo nos percibimos a nosotros mismos.
Para Keltner sería como un bálsamo psicológico, porque iría a apaciguar el diálogo interno negativo que a veces nos acecha, la voz crítica en la cabeza que nos repite cómo no somos lo suficientemente buenos en las elecciones, en la mesa, en el trabajo, en la pareja. En última instancia, el asombro provoca una falta de preocupación por uno mismo.. Estamos tan atraídos por un evento externo que nos salimos de la cabeza y nos sumergimos en un contexto más amplio. Y es abriendo la mente que el pensamiento se agudiza y se orienta hacia nuevas ideas. La sed de conocimiento es el deseo de asombrarse. Es vivir en la metáfora de Ulises.
Medicina para el paso del tiempo
«La curiosidad, no la sabiduría, transforma al ser humano», dijo Carlo Rubbia, Premio Nobel de Física. «Todavía busco dentro de mí el asombro ingenuo de la infancia. Es en el niño donde vemos la chispa de la curiosidad, en el niño que rompe el juguete porque quiere saber cómo es».
Por el contrario, “la vejez significará esencialmente el fin de la maravilla en nosotros” como escribió Natalia Ginzburg. “Perderemos la capacidad tanto de asombrarnos a nosotros mismos como de asombrar a los demás. […] La incapacidad de asombrarse y la conciencia de no suscitar asombro harán que vayamos entrando poco a poco en el reino del aburrimiento». La mejor medicina para el paso del tiempo es mantener con vida a ese niño del que hablaba Giovanni Pascoliese pequeño ego que permanece dentro de nosotros y que «tiene fija su antigua maravilla serena».
Cómo entrenar para el asombro
El asombro puede ser desencadenado por una obra de arte, como una película o la Mona Lisa, por la belleza de la naturaleza, por estar asombrado al mirar a alguien que amas o por presenciar un acto de bondad. Lo extraordinario o lo habitual visto con otros ojos. También hay un lado oscuro que nos puede conmover, videos espeluznantes o escenas amenazantes, pero los estudios científicos enfatizan la emoción que tiene causas positivas. La psicología no tiene una receta que pueda mantener viva la relación con el asombro.
Para estar embelesado, el deseo de admirar y luego de sondear las propias percepciones es esencial., admirar un cuadro y preguntarte qué nos inspira, contemplar y volver a ti mismo. Si nos observamos a la distancia con asombro, descubriremos que el mismo hecho de asombrarse es un asombro.
Eliana Liotta es periodista, escritora y divulgadora científica. En iodonna.it y en las principales plataformas (Spreaker, Spotify, Apple Podcast y Google Podcast) puedes encontrar su serie de podcasts el bien que quiero. IR AL PODCAST
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