Todavía tiene que dominar a Drèents, pero por lo demás, Jouke Spoelstra cree que la alcaldía de Westerveld le sienta como un guante. “Me atrae mucho el campo.”
La velada de Spoelstra transcurrió ayer sin incidentes destacables, hasta que a eso de las ocho le llegó aquella llamada de salvación. Al otro lado de la línea habló el comité confidencial desde el ayuntamiento de Diever. Se corrió la voz. “Jouke, nos gustaría nominarte”.
En el período previo a su nombramiento empezó a sudar un poco, admite el miembro de la CDA. “Fue bastante emocionante”.
Spoelstra cruzaba regularmente la frontera provincial entre Drents y Frisia desde su ciudad natal, Drogeham, para descubrir Westerveld. “Sobre todo en bicicleta de montaña”, afirma. “Se ven pueblos bonitos, donde la gente se cuida unos a otros.”
Según Spoelstra, el actual consejo municipal está cerca de los habitantes, algo que él también aspira. “Mi estilo es informal, cercano y formal cuando es necesario. Soy alguien que quiere estar entre los residentes con su familia”.
Spoelstra, con 34 años, es mucho más joven que Rikus Jager (69), el actual alcalde, que transferirá la cadena de cargos en mayo. Sin embargo, la gestión no es nueva para él. Spoelstra es concejal del municipio de Achtkarspelen desde 2016, antes de lo cual fue concejal durante dos años. Y por el CDA pudo ingresar este año a la Cámara de Representantes, pero como undécimo en la lista electoral, ese cargo resultó ser demasiado ambicioso.
Aunque fue candidato a diputado, le atrae más el concejo municipal. “Allí se puede trabajar para los residentes. Y el campo me atrae mucho”.
Spoelstra ve muchas similitudes en los problemas que surgen en el norte de los Países Bajos. Los temas de Achtkarspelen también desempeñan un papel en Westerveld y viceversa. El joven alcalde piensa en la construcción de viviendas, en el mantenimiento de servicios como el transporte público, en el futuro de los ayuntamientos y en los inminentes problemas financieros. ¿Y el lobo? “Ese también es un tema”, admite Spoelstra.
¿Él, como frisón om utens (frisones que dejan su provincia para vivir en otra parte, ndr.), también tiene buena simpatía en Westerveld? Spoelstra ya ofrece una primera ayuda: asiste a un curso de Drèents. Dentro de un año quiere desarrollar un acento de Drente, indicó en su presentación.
En Frisia, Spoelstra observó que el frisón “es la lengua del corazón”. “Cuando se trata de datos personales, se nota que la gente habla más fácilmente en su propia lengua materna. Por eso quiero aprender a hablar Drenthe lo más rápido posible”, concluye.