Un partido amistoso entre Qatar y Nueva Zelanda duró solo la mitad del lunes. Los jugadores de Nueva Zelanda se negaron a seguir jugando después del descanso tras un incidente racista en el césped.
El defensa Michael Boxall reaccionó con furia con varios compañeros unos cinco minutos antes del descanso cuando el atacante qatarí Yusuf Abdurisag le gritó algo supuestamente racista. Condujo a un motín y luego a un partido abandonado.
El incidente fue planteado en el descanso al árbitro austriaco Manuel Schüttengruber, pero este decidió no intervenir. Los neozelandeses decidieron entonces no jugar más.
El sindicato de jugadores de Nueva Zelanda, NZPFA, apoya esa elección. “Elogiamos su respuesta en esta difícil situación. Estamos en contacto con ellos y hacemos todo lo posible para ayudarlos en todo lo que podemos. No hay lugar para el racismo en nuestro deporte”.
La acción de Nueva Zelanda se produce unos días después de que Kylian Mbappé llamara en una entrevista para salir del campo ante el racismo. “Los jugadores tenemos el poder de cambiar las cosas”, dijo la estrella del Paris Saint-Germain tras varios incidentes en campos europeos.
El partido entre Qatar y Nueva Zelanda se jugó en Ritzing, Austria. Mediado el 0-1 por gol del centrocampista Marko Stamenic.
Desafortunadamente, este contenido no se puede mostrar.No tenemos permiso para las cookies necesarias. Acepta las cookies para ver este contenido.