Los Países Bajos tienen casi doscientas empresas que elaboran vino. Según cifras de la Cámara de Comercio (KVK), esto supone un 43 por ciento más que hace cinco años. Casi la mitad de los viticultores proceden de Limburgo o Güeldres.
Esta última provincia es líder, con 47 productores. Le sigue de cerca Limburgo, con 42 empresas vitivinícolas. En los últimos cinco años se ha observado un aumento en todas las provincias, a excepción de Groningen.
El hecho de que la viticultura se desarrolle principalmente en Limburgo y Güeldres se debe en parte al suelo. En el oeste y el norte del país hay principalmente turba baja. Esto es menos adecuado que, por ejemplo, la cal o la arena, afirma Manon de Boer, de la asociación de productores de vino VNWP.
El paisaje y el clima también influyen. “Limburgo es tradicionalmente una región vinícola adecuada gracias a su ubicación en el sur y a sus pendientes. Además, el Achterhoek tiene una ligera pendiente, lo cual es una ventaja”, explica De Boer.
Uno de los viticultores de esa región es Henk Marmelstein, que tiene su viñedo De Reeborghesch en Winterswijk. “Durante mucho tiempo fue imposible elaborar buen vino en los Países Bajos: muy poco sol, demasiada humedad. Esto da rienda suelta a las enfermedades fúngicas”.
Según él, esto lo harán posible nuevas variedades de uva y nuevos métodos de construcción y mantenimiento. “Pero sigue siendo complicado. No se pueden colocar variedades de uva francesas en los Países Bajos, porque aquí ahora la temperatura es más alta”.