Mientras los precios del gas se están disparando, la guerra se está librando en Ucrania y los pedidos para poner fin a las importaciones de Rusia están creciendo, los suministros de gas holandeses se están agotando peligrosamente. Esto se debe a una combinación de circunstancias, incluida la ingenuidad, dicen los expertos. La solución (dolorosa) puede estar en otro lugar en suelo holandés: el gas de Groningen.
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