“En Flandes hay una gran necesidad de subvenciones. Muy poca gente se pregunta: ¿es eso necesario? Más a menudo la respuesta es “no” que “sí”. Pero cuando se le pregunta si el gobierno debería proporcionar productos menstruales, la respuesta es “sí”. Todavía en las escuelas. Naturalmente, los padres deben, ante todo, ser responsables del bienestar de sus hijas. Demasiados padres subcontratan su crianza y cuidado. Pero esta verdad no sirve de nada a muchos jóvenes”, escribe la periodista política Isolde Van den Eynde.
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