“’Me encantan esos hermosos días’, canta el bardo de Bruselas Johan Verminnen. Pero caen al agua cuando los jóvenes en los dominios recreativos se lo arruinan a los demás. Ver el Gante Blaarmeersen. No afecta a los ciudadanos de verde, sino a los de casas pequeñas sin jardín. Los pobres pagan la factura”, escribe la periodista política Isolde Van den Eynde.
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